efe-El número de muertos tras la explosión en una fábrica metalúrgica del este de China el sábado asciende a 71, mientras que hay 186 heridos, según los datos actualizados este domingo por el Gobierno local.
La explosión ocurrió a primera hora del sábado en un taller donde se pulen llantas de las ruedas de una planta de metales, especializada en piezas de automóviles y proveedora de firmas como General Motors, en la ciudad oriental de Kunshan, en la industrial provincia de Jiangsu.
El suceso, el más grave de este tipo ocurrido en el país este año, ocurrió cuando más de 200 personas trabajaban en la fábrica, y según las primeras investigaciones se pudo tratar de una negligencia al encender una llama en una sala con polvo altamente inflamable.
La Policía ya ha detenido por la explosión a cinco altos ejecutivos de la firma dueña de la planta metalúrgica, Kunshan Zhongrong Metal Products, una empresa de inversión taiwanesa y que, según indica en su página web, cuenta con 450 trabajadores y trabaja para firmas estadounidenses.
El presidente chino, Xi Jinping, urgió hoy a realizar una investigación exhaustiva del accidente y reclamó una dura condena para los responsables, mientras el primer ministro, Li Keqiang, ordenó controles de seguridad en las plantas para evitar que estos accidentes vuelvan a repetirse.
Xi envió ayer un grupo de emergencia del Consejo de Estado -Ejecutivo chino- a la zona del suceso encabezado por el consejero Wang Yong, quien visitó el lugar del suceso y sigue coordinando la investigación desde allí.
“Debemos aprender una lección para prevenir accidentes similares con medidas más consistentes y resolutivas”, indicó Wang.
Unos cuarenta cuerpos fueron encontrados carbonizados en el interior de la fábrica, mientras que más de una veintena de víctimas murieron en los hospitales a los que fueron trasladados.
La mayoría de ellos, son hombres jóvenes, de unos veinte años, según el oficial Diario del Pueblo.
En internet, ayer se pudieron ver impactantes imágenes en las que se veían múltiples cuerpos carbonizados en camiones a la entrada de la planta, de la que emanaba una gran humareda o heridos sentados en palés a la salida de la fábrica, ennegrecidos y tan sólo con rastros de la ropa que llevaban.
Las autoridades dividieron a las personas afectadas entre centros de Kunshan y otros de las ciudades cercanas de Suzhou y Wuxi, a 35 y 77 kilómetros, respectivamente, por la saturación de los centros locales.
Las medidas de seguridad son obviadas en muchas plantas de la segunda economía mundial y los trabajadores tampoco reciben formación en prevención y medidas de protección.
La organización China Labor Watch denunció esta situación en un comunicado, y señaló que “sistemas de ventilación podrían haber prevenido esa gran acumulación de polvo altamente inflamable”, causa del gran número de muertes en un espacio reducido.
“La tragedia es resultado de la falta de medidas de seguridad en un lugar de trabajo”, sostiene el comunicado.