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lunes, 13 de junio de 2011

Américo Martín: “A Manuel Rosales se le quería poner fuera de juego hasta el fin de los tiempos”

A través de una carta enviada a la Dirección Nacional de Un Nuevo Tiempo, el dirigente político, Américo Martín, se solidarizó con el exgobernador del Zulia y fundador de la tolda azul, Manuel Rosales, quien se encuentra exiliado en Perú.

“No me sentiría muy bien si, pensando como pienso, guardara silencio frente a juicios que creo desconsiderados, levantados con motivo del posible regreso de Manuel a Venezuela”.

Martín señaló que cuando Un Nuevo Tiempo discutió cuál pudiera ser la respuesta más idónea al anunciado enjuiciamiento de Manuel Rosales, se unió desde su condición de independiente a aquellos que sostuvieron la necesidad de que, en medio “del feroz acoso de que se le hacía objeto, no se sometiera a una parodia de juicio como la que le esperaba”.

“Hoy sigo pensando que esa decisión fue correcta. De la manera más franca y más que en ningún otro caso el presidente Chávez estaba condenando previamente a Rosales, además de cubrirlo de injurias. Daba por sentada su culpabilidad sin permitirle que se defendiera en debido proceso”, recalcó.

Por otra parte, expresó que es verdad, que igual pudo presentarse para poner en evidencia la naturaleza perversa de la justicia administrada por el Gobierno, “pero eso hubiera sido impropio de un dirigente político en funciones y de un partido dado al combate. Poner su principal jefe en manos de sus perseguidores habría sido un error desde cualquier ángulo que se le mire. Si los principales líderes democráticos hubieran permanecido en la Alemania de Hitler, la URSS de Stalin, la Cuba de Fidel o la Venezuela de Pérez Jiménez no le hubiesen servido a sus países como lo hicieron, desde el exilio”.

“Podemos admitir que la justicia del gobierno de Chávez, aunque en proceso activo de degradación, no ha llegado a esos extremos y que no siempre la clandestinidad o el exilio son las opciones aconsejables. El régimen no ha llegado a eso en general pero en cada vez más casos particulares sí lo ha hecho. Vivas, Forero y Simonovis, para tomar sólo esos ejemplos, son testimonios crudos de la esclavización de los jueces a la voluntad superior. Era obvio que a Rosales se le quería poner fuera de juego hasta el fin de los tiempos o, cuando menos, hasta que Chávez fuera derrotado, posibilidad que ya aparece, por cierto, en el horizonte”, sentenció.

Para finalizar, Martín acotó que desde algunas partes se ha querido descalificar a Rosales por no someterse de buenas a primeras a semejante justicia. “Razones suficientes tenía para proceder como lo hizo y si ahora toma el riesgo contrario, habrá también que respetarlo”, resaltó.

PRENSA UNT