Un satélite de India órbita desde este miércoles alrededor de Martey esto marca varios hitos. Es el primer país de Asiay el cuarto del mundo que consigue llegar hasta allí, y el único que lo ha logrado en el primer intento.
Pero además, la sonda Mangalyaan es parte de una de las misiones interplanetarias más baratas de la historia.
Sus U$74 millones de presupuesto contrastan con los U$671 millones de la misión Maven, de la NASA, que llegó hasta la órbita marciana 48 horas antes que el satélite indio.
Además, y como destacó el primer ministro Narendra Modi, la cifra es menor que los U$100 millones que según se estima costó producir la película de Hollywood Gravity.
Con la hazaña, India se anota un punto ante China, país que también está apostando a la carrera espacial.
La confirmación del éxito de Mangalyaan llegó este miércoles, tras un viaje de 10 meses, y fue celebrada y difundida ampliamente en todo el país.
¿Pero cómo lo lograron?
Simple y nacional
Una de las primeras razones que encuentran los expertos es el costo del trabajo, que es menor en esta populosa nación.
Y los científicos e ingenieros que forman parte de cualquier misión espacial suponen siempre la parte más grande del precio.
También, en este proyecto se ha dado prioridad a los componentes y las tecnologías desarrolladas en el país, antes que las costosas importaciones extranjeras, tal como señala Jonathan Amos, corresponsal científico de la BBC.
Pero además, India ha hecho las cosas de forma simple.
“Lo mantuvieron en pequeño. La carga pesa solo unos 15kg. Comparar eso con la complejidad de la carga en Maven explica mucho sobre el costo”, dice el británico Andrew Coates, quien será investigador principal del explorador de Marte europeo en 2018.
“Por supuesto, esta complejidad reducida sugiere que no tendrá tanta capacidad científica,pero la India ha sido inteligente y le apunta a algunas áreas realmente importantes que complementarán lo que otros están haciendo”.
Medir metano
Mangalyaan, formalmente llamada Misión Orbitadora de Marte, está equipada con un instrumento que intentará medir el metano en la atmósfera.
Este es uno de los puntos más importantes de la investigación sobre Marte ahora mismo, tras las tentadoras observaciones previas de este gas.
La atmósfera de la Tierra contiene miles de millones de toneladas de metano, la inmensa mayoría provienen de microbios como los organismos que viven en el tracto digestivo de animales.
Se ha especulado con que algunas bacterias productoras de metano podrían existir en Marte bajo la superficie, protegidos de las duras condiciones atmosféricas.
Así que aunque Mangalyaan tenga una carga pequeña, se ocupará de algunas de las grandes preguntas sobre el Planeta Rojo.
Los científicos occidentales también están entusiasmados de tener una sonda india en órbita.
Sus mediciones de otros componentes atmosféricos encajarán perfectamente con las de lamisión Maven y con las observaciones de la misión europea Mars Express.
“Significa que tendremos mediciones desde tres puntos, lo cual es extraordinario”, dice Coates.
Riqueza espacial
Sin embargo, dice el escritor indio Pallava Bagla a la BBC, muchos han criticado el proyecto como el “sueño engañoso” de un país que busca un estatus de superpotencia mientras 400 millones de indios aún viven sin electricidad y 600 millones no tienen acceso a baños.
Muchos asumen que la actividad espacial es una especie de juguete que es mejor dejar en manos de los países ricos, que no tiene valor para las naciones en vías de desarrollo.
Es mejor gastar ese dinero, se dice, en mejoras sanitarias y de salud pública.
Pero lo que estos argumentos no tienen en cuenta es que la inversión en ciencia y tecnología crea capacidad y desarrolla a la clase de personas que contribuyen al beneficio de la sociedad y la economía.
La carrera espacial también es generadora de riqueza. Algunas de las cosas que se hacen en el espacio sirven aquí en la Tierra, apunta Amos.
Y los países desarrollados lo saben: por eso invierten tanto dinero en la investigación espacial.
Reino Unido, por ejemplo ha incrementado de forma notable el financiamiento espacial en los últimos años.
Según el gobierno, los satélites son una de las “ocho grandes tecnologías” que pueden balancear la economía y hacerla crecer.
India quiere ser parte de esto, y con Mangalyaan y sus otros programas de cohetes la nación está consiguiendo una presencia fuerte en los mercados internacionales de servicios y productos espaciales.