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viernes, 8 de mayo de 2015

Miliband presenta su dimisión como líder de los laboristas

"Decepcionante", "difícil" y "dolorosa". Son los tres calificativos queEd Miliband ha usado para describir la noche electoral en Reino Unido. Despues de que durante semanas las encuestas alentaran la esperanza de un retorno de los laboristas al número 10 de Downing Street, el líder del partido ha reconocido la tremenda debacle sufrida por su formación. Miliband, que desafió al establishment del partido cuando en 2010 dio la batalla por el liderazgo frente a su hermano, David, ha presentado su dimisión.
Ed Miliband
La derrota también se ha llevado por delante a importantes figuras del partido, entre ellas el número dos de los laboristas, Ed Balls, que no ha logrado revalidar su puesto en Morley. "Mi decepción no es nada comparado con el sentimiento de pena del partido laborista", ha dicho tras conocer los resultadosCuando falta aún un puñado de asientos por asignar, el escrutinio de los votos indica que, frente a una victoria conservadora por mayoría, los laboristas se quedan con solo 228 escaños y pierde 26. En la derrota duele especialmente el resultado de Escocia, donde los laboristas que tenían 40 escaños se quedan con uno. El avance arrollador del Partido Nacionalista Escocés (SNP) de Nicola Sturgeon, que sacado 56 de los 59 escaños en liza acaba con el liderazgo que allí habían mantenido los laboristas durante décadas. De poco consuelo es que Miliban haya ganado en su circuscripción, en Doncaster, con 20.708 votos, seguido del candidato del Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP), Kim Parkinson, que consiguió 8.928 apoyos.

Miliband (Londres, 1969) llegó al frente del Partido Laborista en una batalla contra todos. Primero contra su hermano mayor, que estaba llamado a suceder a Gordon Brown. Después contra su partido, que nunca llegó a creer en él y que llegó a gestar una conspiración para descabalgarlo de la dirección de los laboristas a menos de seis meses de las elecciones generales. Y por último contra las encuestas, que lo retrataban como el líder menos popular, y contra la prensa mediática, que ha pergeñado una campaña para destruirlo. Ganó todas esas batallas pero no pudo vencer en la pugna final. El político laborista admitió que su partido tiene una gran responsabilidad por delante y agradeció a los miembros de su formación el "extraordinario" trabajo realizado en la campaña electoral. La refundación que prometió hace cinco años está aún por hacer.EL PAIS