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sábado, 28 de mayo de 2011

Messi por otra corona

(dpa) - Ya batió récords de todos los colores y gustos, cautivó al mundo futbolístico y, con sus 23 años, todavía va por más. Lionel Messi buscará la final de la Liga de Campeones de mañana en Wembley para terminar de coronarse como el nuevo dueño del Barcelona.

El argentino vivió una temporada de desarrollo personal y de protagonismo indiscutido, dentro de un equipo ya acostumbrado al éxito y superpoblado de recientes campeones del mundo.

En apenas un año, Messi pasó de ser aquella “Pulga” capaz de resolver encuentros de panorama complicado a convertirse en el eje absoluto del juego azulgrana.

Así, el delantero no sólo cosechó una temporada histórica, con 52 goles oficiales y 23 asistencias, sino que se transformó en una voz de mando dentro de la plantilla.

“El jugador que marca la diferencia”

“Messi es el jugador que marca la diferencia. Piensa y ejecuta la jugada más rápido que cualquier otro. La diferencia del Leo de hace tres años y el de estos momentos es que juega y piensa más en el equipo, mientras que antes era más un fenómeno individualista”, afirmó su compañero Xavi Hernández.

Gran parte de la responsabilidad en el cambio de rol de Messi en el Barcelona radica en el entrenador Josep Guardiola. El mismo que lo definió en su posición de ‘nueve mentiroso’ y que encontró la versión más goleadora de la carrera del argentino, y el mismo que respetó los deseos (algunos hasta caprichos) del futbolista estrella ante cualquier eventualidad.

Tan firme es la posición de Messi en el conjunto catalán, que hasta se negó a ser reemplazado en un partido absolutamente definido contra el Osasuna y a pocos días de un duelo clave en la Champions League.

Messi y las asistencias

Según reveló el diario español “El País” unas semanas atrás, el vestuario aprendió a convivir con los cambiantes estados de ánimo de su estrella. Un Messi capaz de faltar a un entrenamiento enfadado por haberse sentado en el banquillo en un partido previo o incluso de participar de una práctica íntegra con una cuchara de café en la boca.

No obstante, una de las mayores evoluciones del argentino en la actual temporada reposó en su trabajo para el equipo.

Tal como sucedió en la última coronación al Balón de Oro, Messi les ‘robó’ a Xavi y a Andrés Iniesta la responsabilidad de ejecutar el pase de gol en el Barcelona. El atacante aprendió que su magnetismo de defensores rivales sólo producía espacios para sus compañeros. Por lo tanto, no es casualidad que haya sido partícipe directo de más de la mitad de los goles del Barcelona en la temporada.

“Messi no roba. Messi nos da. El nos da fútbol todos los fines de semana y nosotros no tenemos que estar más que agradecidos por eso. Es un lujo tenerlo aquí”, aseguró Guardiola, pocos días después de que el argentino recibiera su segundo Balón de Oro consecutivo.

Además, la “Pulga” también acaparó cualquier jugada de pelota parada en zonas de peligro. Se convirtió en el ejecutor principal de los tiros libres (en detrimento de Xavi y Dani Alves) y en el ideólogo de cada tiro de esquina.

La mayor amenaza para el United

Al margen de sus estadísticas abismales, el argentino alimentó su idilio con la afición del Barcelona gracias a sus dos goles contra el Real Madrid en el Santiago Bernabéu por la ida de las semifinales de la Champions.
De un modo inevitable, Messi significa la mayor amenaza para el Manchester United en la final de hoy.

Desde Alex Ferguson hasta Wayne Rooney, todo el ambiente del equipo inglés se cuestiona cómo pararlo. Hasta el diario británico “Daily Mail” publicó hoy una especie de historia de caricaturas con el argentino como protagonista titulada “La magia de Messi”, en la que se analiza cada detalle del juego del ’10′ del Barcelona.

“Uno solo no puede parar a Messi. Tenemos que jugar como equipo para lograrlo y por suerte tenemos a hombres como Carrick, que poseen una habilidad enorme para detenerle”, analizó el coreano Park Ji Sung.
Messi buscará su tercera Liga de Campeones en poco más de seis años en el primer equipo catalán. El hombre que prometió una y otra vez finalizar su carrera vestido de azulgrana ya hizo el mérito. Ahora busca en Wembley la ceremonia de coronación como dueño del Barcelona.

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