En la actualidad existe una creciente contradicción entre la necesidad de respuestas colectivas a desafíos comunes y la aspiración de dominación de algunos Estados que pretenden revivir los bloques arcaicos basados en poderes militares.
Así se expresó hoy en el debate de la Asamblea General de la ONU el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, quien pugnó por el principio de no interferencia internacional en asuntos nacionales.
"La alianza occidental liderada por Estados Unidos que se presenta como campeona de la democracia, el estado de derecho y los derechos humanos dentro de los países, actúa en la dirección opuesta en la arena internacional, rechazando el principio democrático de la soberanía igualitaria de los Estados establecida en la Carta de la ONU, y tratando de decidir por todos lo que es bueno o malo", puntualizó.
Lavrov aseveró que la interferencia militar se ha convertido en norma pese a los funestos resultados de todas las operaciones de este tipo que Estados Unidos ha llevado a cabo en los últimos años.
En este contexto, citó los casos de Yugoslavia, Iraq, Libia y Afganistán, afirmando que han sido empresas que ponen en riesgo la sostenibilidad del sistema internacional.
El canciller ruso agregó que Ucrania ha caído víctima de esa política arrogante.
Por otra parte, planteó el caso de Siria y el terrorismo, recordando que su país advirtió desde hace años que no se deberían hacer alianzas con cualquiera que se proclamara enemigo del gobierno sirio, incluido el ISIL, que ahora constituye una preocupación mundial.
Lavrov indicó que su país ha suministrado armas y equipo militar a los gobiernos de Iraq y Siria para combatir a los terroristas y subrayó que el ISIL es solo parte de un problema que debe abordarse de manera integral, empezando por resolver el establecimiento del Estado de Palestina, uno de los principales factores de inestabilidad en Oriente Medio.
