Libia pidió a la comunidad internacional desde el podio de las Naciones Unidas que apoye a las autoridades legítimas del país para recuperar el control de su territorio.
Al dirigirse al pleno de la Asamblea General, el presidente de la Cámara de Representantes libia, Agila Saleh Essa se refirió a la crisis que atraviesa su país tres años después del derrocamiento de Muammar al-Gadaffi, que ha causado numerosas muertes y destrucción a manos de diferentes grupos armados, algunos de ellos extremistas.
Saleh Essa recordó que esta situación forzó al gobierno a abandonar sus instalaciones en Trípoli, además de obligar a los organismos internacionales a evacuar su personal. Los inmuebles se encuentran ahora ocupados por una coalición armada que incluye a un grupo terrorista afín a al-Qaeda y que ha tomado el control de la capital libia.
El líder de los diputados responsabilizó de esta situación, en gran parte, al embargo de armas en vigor hacia Libia y afirmó que este favorece solo a los terroristas.
"Esto no podría haber pasado si la comunidad internacional hubiera tomado en serio la situación en Libia y hubiera asistido al gobierno para establecer un ejército fuerte, añadiendo presión para el desarme de los grupos armados y armando a la policía", dijo.
En este sentido, pidió ayuda internacional para acabar con el sufrimiento de los libios causado por el terrorismo por medio del fortalecimiento de las instituciones y el desarme de los grupos armados.
