El negocio de la basura tecnológica esté en auge en la ciudad china de Guiyu, donde se reciclan residuos de todas partes del mundo.
Reciclar controles remotos, auriculares, teléfonos, teclados… emplea al menos a unos 80.000 residentes de la localidad, donde padres e hijos trabajan extrayendo las partes más valiosas de todo tipo de aparatos.
Cada año la ciudad procesa 1,6 millones de toneladas de basura tecnológica, generando ingresos por encima de los 600 millones de dólares, lo que atrae a migrantes de todas partes de China.
Sin embargo, esta actividad tiene un gran costo ambiental. Los residuos se arrojan a un río cercano, lo que ha provocado la saturación cela ire con el humo de la combustión de los plásticos, químicos y circuitos; lo que a su vez ha contaminado aire y agua.
Un estudio reciente también encontró que los niños tienen altos niveles de plomo en la sangre.
Según organizaciones como Greenpeace, aunque el gobierno de Pekín ha tratado imponer regulaciones más estrictas, se da prioridad al desarrollo económico de esta ciudad, donde se estima que 80% de los residentes trabajan en esta industria.AFP
