Dos pilotos turcos de la compañía Turkish Airlines fueron hoy secuestrados por hombres armados cuando se desplazaban del aeropuerto internacional Rafic Hariri de Beirut a un hotel de la capital libanesa.
Un grupo desconocido autodenominado "Visitantes del Imán Reza" reivindicó la captura en un comunicado y advirtió a las autoridades turcas de que los dos secuestrados "no serán liberados antes del regreso de los rehenes libaneses en Siria".
Los supuestos secuestradores reavivaron así el caso de los once chiíes libaneses que fueron capturados en mayo de 2012 en el norte de Siria, cerca de la frontera con Turquía, cuando regresaban de un viaje de peregrinación a Irán.
El embajador de Turquía en el Líbano, Inan Ozyildiz, confirmó al canal LBC el secuestro de sus compatriotas y mostró su esperanza de que las autoridades libanesas trabajen para su liberación.
Los dos turcos fueron capturados en torno a las 03.00 hora local (00.00 GMT) cuando se trasladaban en un autobús junto a otros miembros de la tripulación de un avión de Turkish Airlines.
Medios locales identificaron al piloto como Murat Akpinar y a su copiloto como Murat Agca, a quienes ocho personas armadas obligaron a bajar del vehículo, donde se quedaron otros siete compañeros de la aerolínea.
El conductor del autobús, Maher Zeaiter, que pertenece a un poderoso clan chií, fue interrogado por la policía y dijo haberse sentido incapaz de impedir el asalto.
El Ejército se desplegó en la zona, al tiempo que las autoridades comenzaron a investigar los hechos.
Según la Agencia Nacional de Noticias libanesa, el primer ministro saliente libanés, Nayib Mikati, recibió una llamada telefónica del ministro turco de Asuntos Exteriores, Ahmet Davutoglu, a quien aseguró que "los servicios de seguridad libaneses están movilizados para encontrar a los rehenes y liberarlos".
"Rechazamos las operaciones de secuestro, sean cuales sean sus causas", afirmó Mikati.
Desde Estambul, Davutoglu pidió a los turcos que se abstengan de viajar al Líbano si no hay necesidad vital de hacerlo.
"Los ciudadanos que puedan regresar a Turquía, deberían hacerlo, y los que deban quedarse han de extremar las medidas de seguridad personal y estar alerta", añadió el ministro.
En agosto de 2012, Ankara aconsejó a sus ciudadanos que evitasen ir al Líbano tras una serie de secuestros de ciudadanos sirios y dos turcos, quienes fueron liberados después.
Por su parte, Daniel Sheab, portavoz de los familiares de los libaneses secuestrados en Siria, negó hoy cualquier implicación en el suceso y reclamó un buen trato para los rehenes.
El jeque Abas Zugheib, delegado por el Alto Consejo Islámico Chií para tratar ese asunto, pidió a Turquía que presione para liberar a los peregrinos libaneses secuestrados en Siria.
Desde mayo del año pasado, los familiares han mantenido protestas ante la embajada y la compañía aérea turcas en la capital libanesa, e incluso han llamado al boicot de los productos turcos.
Consideran que el secuestro de sus allegados se realizó en la frontera turca y Ankara no ha ejercido la suficiente influencia para lograr la liberación de los chiíes, caso en el que está mediando.
Además, persiste la confusión sobre la identidad del grupo que secuestró a los libaneses, después de que el rebelde Ejército Libre Sirio rechazara cualquier vinculación con él.
De los once peregrinos libaneses secuestrados, dos fueron puestos el año pasado en libertad, pero las negociaciones se complicaron a raíz de la participación en los últimos meses del grupo chií libanés Hizbulá en los combates en Siria junto a las tropas del presidente sirio, Bachar al Asad.
Los secuestradores acusaron a los rehenes chiíes de pertenecer a Hizbulá, si bien este grupo negó tal aspecto e insistió en que estos son peregrinos.
Además, los secuestradores presentaron una lista de 370 mujeres sirias encarceladas para canjearlas por los peregrinos libaneses. De esa lista, Damasco liberó el pasado 19 de julio a 23 mujeres gracias a la mediación del jefe de la Seguridad Nacional libanés, general Abas Ibrahim. EFE