Seis años después de que la economía mundial y, en particular, la de los países en desarrollo entrara en crisis, sus causas siguen sin resolverse, la recuperación es apenas incipiente y muchas políticas que supuestamente deberían ayudar a superar esta situación son incoherentes.
A esta conclusión han llegado los economistas del Organismo de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD), que presentó este miércoles su informe anual, que sostiene que todavía no se ha encontrado el camino hacia un crecimiento a largo plazo.
Para los analistas que han seguido la evolución y las tendencias de la economía global a lo largo de estos últimos años, se está instaurando una suerte de "status quo" que recuerda a las condiciones previas a la crisis y que no permite que se solucionen sus causas originales.
Entre los factores más preocupantes citan "el aumento del precio de los activos (valores bursátiles e inmobiliarios), de los beneficios (de las compañías) y una cultura de incentivos en bancos y empresas fuera de control".
El informe considera que para poner fin a más de un lustro de bajo crecimiento se debe propiciar la demanda agregada a través de un aumento de los salarios y de una distribución más equitativa de los ingresos.
La UNCTAD se refiere también al riesgo de "nuevas burbujas financieras", tras corroborar que las medidas en materia de regulación, principalmente, para evitar nuevas crisis financieras no han sido las apropiadas.
"El predominio que sigue teniendo la esfera financiera sobre la economía real y la persistente merma de la participación de los salarios en la economía reflejan la incapacidad de tratar las causas de la crisis", señala el documento.
Esto explica igualmente lo que los expertos de la UNCTAD llaman "una recuperación anormalmente lenta".
En la misma línea que otras instituciones de análisis económico, esta agencia técnica de la ONU sitúa en un 2,7 por ciento su proyección de crecimiento económico para este año, aunque la ausencia de dinamismo en Europa y en América Latina le hace pensar que si esa estimación varía, será a la baja.
En los dos años anteriores, el crecimiento mundial fue del orden del 2,3 por ciento.
Este año, las economías en desarrollo, en conjunto, deberían mantenerse en la línea de los años anteriores y crecer entre un 4,5 y un 5 por ciento, con tasas más elevadas (5,5 por ciento) entre los países asiáticos y de África subsahariana, y mucho menores (2 por ciento) en el norte de África y América Latina y el Caribe.
Acerca del comercio internacional, la UNCTAD confirma que sigue mostrando extrema apatía, con un crecimiento de apenas el 2 por ciento en los primeros meses de este año, con lo que se repite el resultado de 2013 y 2012.
"El comercio mundial no se ha desacelerado por el aumento de las barreras al comercio o las dificultades del lado de la oferta; su crecimiento lento se debe a la escasa demanda mundial",sostiene el informe.
El organismo de Naciones Unidas advierte de que la "aparente estabilización" en diferentes grupos de países puede dar la engañosa impresión de que se han superado los riesgos sistémicos y que el crecimiento será, aunque bajo, sostenible.
Algunas corrientes de pensamiento económico llaman a esta situación de "nueva normalidad", pero la UNCTAD advierte de que el escaso crecimiento del empleo, el estancamiento de los salarios y el creciente endeudamiento de los hogares "no son nada normales".
"La nueva normalidad mantiene paralelismos preocupantes con las condiciones que originaron la crisis financiera mundial de 2008", remacha.
En este sentido, se critica a los países desarrollados por haber adoptado políticas que han generado un nuevo ciclo financiero de "movimientos de capitales internacionales que afectan a los países en desarrollo".
Para que los países se protejan de ese fenómeno, la UNCTAD afirma que "la gestión de capitales debería considerarse un instrumento normal en manos de autoridades económicas y no una medida excepcional y temporal aplicable solo en situaciones críticas".
A esta conclusión han llegado los economistas del Organismo de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD), que presentó este miércoles su informe anual, que sostiene que todavía no se ha encontrado el camino hacia un crecimiento a largo plazo.
Para los analistas que han seguido la evolución y las tendencias de la economía global a lo largo de estos últimos años, se está instaurando una suerte de "status quo" que recuerda a las condiciones previas a la crisis y que no permite que se solucionen sus causas originales.
Entre los factores más preocupantes citan "el aumento del precio de los activos (valores bursátiles e inmobiliarios), de los beneficios (de las compañías) y una cultura de incentivos en bancos y empresas fuera de control".
El informe considera que para poner fin a más de un lustro de bajo crecimiento se debe propiciar la demanda agregada a través de un aumento de los salarios y de una distribución más equitativa de los ingresos.
La UNCTAD se refiere también al riesgo de "nuevas burbujas financieras", tras corroborar que las medidas en materia de regulación, principalmente, para evitar nuevas crisis financieras no han sido las apropiadas.
"El predominio que sigue teniendo la esfera financiera sobre la economía real y la persistente merma de la participación de los salarios en la economía reflejan la incapacidad de tratar las causas de la crisis", señala el documento.
Esto explica igualmente lo que los expertos de la UNCTAD llaman "una recuperación anormalmente lenta".
En la misma línea que otras instituciones de análisis económico, esta agencia técnica de la ONU sitúa en un 2,7 por ciento su proyección de crecimiento económico para este año, aunque la ausencia de dinamismo en Europa y en América Latina le hace pensar que si esa estimación varía, será a la baja.
En los dos años anteriores, el crecimiento mundial fue del orden del 2,3 por ciento.
Este año, las economías en desarrollo, en conjunto, deberían mantenerse en la línea de los años anteriores y crecer entre un 4,5 y un 5 por ciento, con tasas más elevadas (5,5 por ciento) entre los países asiáticos y de África subsahariana, y mucho menores (2 por ciento) en el norte de África y América Latina y el Caribe.
Acerca del comercio internacional, la UNCTAD confirma que sigue mostrando extrema apatía, con un crecimiento de apenas el 2 por ciento en los primeros meses de este año, con lo que se repite el resultado de 2013 y 2012.
"El comercio mundial no se ha desacelerado por el aumento de las barreras al comercio o las dificultades del lado de la oferta; su crecimiento lento se debe a la escasa demanda mundial",sostiene el informe.
El organismo de Naciones Unidas advierte de que la "aparente estabilización" en diferentes grupos de países puede dar la engañosa impresión de que se han superado los riesgos sistémicos y que el crecimiento será, aunque bajo, sostenible.
Algunas corrientes de pensamiento económico llaman a esta situación de "nueva normalidad", pero la UNCTAD advierte de que el escaso crecimiento del empleo, el estancamiento de los salarios y el creciente endeudamiento de los hogares "no son nada normales".
"La nueva normalidad mantiene paralelismos preocupantes con las condiciones que originaron la crisis financiera mundial de 2008", remacha.
En este sentido, se critica a los países desarrollados por haber adoptado políticas que han generado un nuevo ciclo financiero de "movimientos de capitales internacionales que afectan a los países en desarrollo".
Para que los países se protejan de ese fenómeno, la UNCTAD afirma que "la gestión de capitales debería considerarse un instrumento normal en manos de autoridades económicas y no una medida excepcional y temporal aplicable solo en situaciones críticas".
EFE