El proceso por el linchamiento de la joven Farkhonda, acusada de quemar un corán, comenzó hoy en un juzgado de Kabul con 49 personas citadas a declarar, incluidos 19 policías por supuesta negligencia, en un caso que generó numerosas protestas dentro y fuera de Afganistán, informaron fuentes judiciales.
Una treintena de personas están acusadas de asesinato y de quemar el cadáver de la mujer de 27 años, que luego fue arrojado al río Kabul, el 19 marzo cerca del santuario de Shah-Do-Shamshira en el centro de la capital afgana, dijo el fiscal, Hamidullah Qaser.
Entre ellas se encuentran un policía, un soldado y dos miembros de personal de seguridad que supuestamente participaron en el linchamiento, mientras que el resto son en su mayoría tenderos y vendedores ambulantes.
Los 19 policías fueron culpados de negligencia en su trabajo de seguridad en la zona en que fue linchada la joven por una muchedumbre.
El presidente del tribunal, Safiullah Mujadidi, escuchó los cargos contra diez de los acusados y decidió continuar mañana con los testimonios de oficiales del Ministerio del Interior afgano y de la Policía de Kabul.
Aunque en un principio se acusó a Farkhonda de quemar una copia del Corán, las investigaciones posteriores concluyeron que la joven había sido víctima del "oscurantismo" de los fabricantes de talismanes (una suerte de videntes o espiritistas) del santuario, que incitaron a la gente a matar a la mujer porque los denunció.
El linchamiento de Farkhonda ha provocado numerosas protestas, sobre todo de grupos de mujeres, las cuales fueron las encargadas de portar en el entierro el ataúd de la joven, algo poco común en un país islámico como Afganistán.
Ante la presión social, el presidente afgano, Ashraf Gani, constituyó una comisión de investigación integrada por líderes religiosos, parlamentarias y activistas por los derechos de la mujer para averiguar los detalles de un suceso que ha sido condenado, entre otros, por las Naciones Unidas y organizaciones civiles.
Después de que la comisión concluyese que los fabricantes de talismanes animaron a la turba a que golpeara hasta la muerte a Farkhonda por denunciarlos, el Gobierno afgano prohibió las actividades de esos grupos "oscurantistas" en todo el país.
Una treintena de personas están acusadas de asesinato y de quemar el cadáver de la mujer de 27 años, que luego fue arrojado al río Kabul, el 19 marzo cerca del santuario de Shah-Do-Shamshira en el centro de la capital afgana, dijo el fiscal, Hamidullah Qaser.
Entre ellas se encuentran un policía, un soldado y dos miembros de personal de seguridad que supuestamente participaron en el linchamiento, mientras que el resto son en su mayoría tenderos y vendedores ambulantes.
Los 19 policías fueron culpados de negligencia en su trabajo de seguridad en la zona en que fue linchada la joven por una muchedumbre.
El presidente del tribunal, Safiullah Mujadidi, escuchó los cargos contra diez de los acusados y decidió continuar mañana con los testimonios de oficiales del Ministerio del Interior afgano y de la Policía de Kabul.
Aunque en un principio se acusó a Farkhonda de quemar una copia del Corán, las investigaciones posteriores concluyeron que la joven había sido víctima del "oscurantismo" de los fabricantes de talismanes (una suerte de videntes o espiritistas) del santuario, que incitaron a la gente a matar a la mujer porque los denunció.
El linchamiento de Farkhonda ha provocado numerosas protestas, sobre todo de grupos de mujeres, las cuales fueron las encargadas de portar en el entierro el ataúd de la joven, algo poco común en un país islámico como Afganistán.
Ante la presión social, el presidente afgano, Ashraf Gani, constituyó una comisión de investigación integrada por líderes religiosos, parlamentarias y activistas por los derechos de la mujer para averiguar los detalles de un suceso que ha sido condenado, entre otros, por las Naciones Unidas y organizaciones civiles.
Después de que la comisión concluyese que los fabricantes de talismanes animaron a la turba a que golpeara hasta la muerte a Farkhonda por denunciarlos, el Gobierno afgano prohibió las actividades de esos grupos "oscurantistas" en todo el país.
EFE