EFE-El escritor turco Orhan Pamuk, Nobel de Literatura en 2006, acusó hoy al Gobierno de su país de ser "opresor y autoritario" y aseguró que los manifestantes que desde hace días protestan en las calles le han dado "esperanza en el futuro".
Pamuk, que ha sido criticado en algunos círculos por no haberse manifestado sobre la oleada de protestas contra el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, ha tomado partido en un artículo publicado hoy en el diario "Hürriyet".
En su texto, el autor de "Nieve" recuerda una historia personal de cómo su familia defendió un castaño que el ayuntamiento de Estambul quería cortar, en referencia a la defensa del pequeño parque Gezi, en el centro de la ciudad, que ha detonado la actual oleada de protestas.
Así, el escritor asegura que la plaza de Taksim es "el castaño de toda Estambul", en referencia al emblemático escenario donde empezaron las protestas, que llevan seis días extendiéndose por todo el país y que han causado ya dos muertos y más de 4.000 heridos en las manifestaciones y choques con la Policía.
Pamuk afirma que la determinación de la gente por defender sus derechos le ha dado "confianza y esperanza en el futuro".
La Plataforma de Solidaridad con Taksim, el grupo que inició las protestas para defender el parque Gezi de los planes de construcción de un centro comercial, se reunió hoy con el viceprimer ministro, Bulent Arinc, para expresar sus demandas.
Tras la reunión, miembros de la plataforma declararon que su inicialmente pacífica protesta ha degenerado en violentos enfrentamientos debido a la violencia policial y a los duros comentarios de Erdogan contra los manifestantes.
Erdogan llegó a definir a los participantes en las protestas como "saqueadores" y advirtió de que podría poner en las calles a millones de sus seguidores para enfrentarlos a los manifestantes.
La plataforma insistió hoy en que se respete el parque y se cancele el proyecto de reurbanización y que se mantenga un centro cultural existente en la zona, cuya demolición estaba prevista.
Además, reclama que se sancione y se despida a los responsables de actos de violencia policial, que se prohíba el uso de bombas de gas lacrimógeno, que los detenidos durante las protestas sean puestos en libertad sin cargos y que no se restrinja la libertad de expresión.
El Colegio de Doctores de Turquía confirmó hoy que dos personas han muerto durante las protestas y que hay tres heridos en estado crítico.
Los médicos turcos han contabilizado en los seis días de protestas un total de 4.177 heridos, de los que diez han perdido un ojo y quince han sufrido traumatismos craneales.
El Gobierno maneja una cifra de 300 lesionados, la mayoría de ellos policías.