El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y el canciller venezolano, Elías Jaua, acordaron este miércoles la reapertura de un diálogo de alto nivel entre sus países en busca de restablecer embajadores, retirados en 2010 tras tensiones políticas.
En el marco de la asamblea general de la OEA, en la ciudad de Antigua Guatemala, Kerry se reunió durante 40 minutos con Jaua, quien aprovechó para advertirle que unas buenas relaciones pasan por el "respeto a los asuntos internos".
Kerry precisó que ahora empieza el proceso de crear esa "agenda específica" para establecer "una relación más positiva". "Acordamos, Venezuela y Estados Unidos, que quisiéramos encontrar para nuestros países una vía de ir hacia adelante", subrayó.
Tras la reunión, Jaua dijo a la cadena multiestatal Telesur haberle expresado a Kerry que el gobierno de Nicolás Maduro tiene "la mejor voluntad", y dijo haber hallado esa disposición en el secretario de Estado, aunque, señaló, mejorar la relación depende de muchos factores.
Resolver las divergencias pasa por respetar el modelo socialista de Venezuela y evitar que sean "avalados o estimulados" grupos antidemocráticos que han emprendido "una campaña de deseastabilización de las instituciones venezolanas", afirmó el canciller venezolano.
"En todo caso tenemos fe y confianza de que esta reunión marque el inicio de una relación de respeto, una buena relación, entre el gobierno del presidente Nicolás Maduro y el gobierno del presidente Barack Obama, es lo que conviene a ambos pueblos, es la garantía de estabilidad", subrayó.
Kerry agradeció a Jaua y a Maduro haber tomado la iniciativa de pedir el encuentro y de liberar al cineasta Timothy Hallet Tracy, que filmaba en Venezuela y fue acusado de espionaje tras ser detenido en los disturbios desatados luego de la elección presidencial de abril.
Venezuela decidió en abril enviar a Calixto Ortega como su encargado de negocios, lo cual fue saludado por el secretario de Estado.
Kerry y Jaua celebraron su reunión en un salón del hotel donde se celebra la asamblea general de la Organización de Estados Americanos (OEA). Tras darse la mano y sonreír frente a las cámaras, se sentaron con sus respectivas comitivas.
Washington critica regularmente a Caracas por lo que considera hostigamiento a la oposición política y a los medios de comunicación, pero al mismo tiempo busca una relación práctica con un país que es su cuarto proveedor de petróleo.
Las elecciones en Venezuela del 14 abril, ganadas por estrecho margen por Maduro sobre el candidato opositor Henrique Capriles, provocaron un nuevo cruce de declaraciones entre Washington y Caracas, luego de que el gobierno estadounidense se uniera a la oposición en pedir un recuento de los votos.
En enero de 2011 la entonces secretaria de Estado Hillary Clinton intentó reactivar la relación con Venezuela al conversar unos minutos con el entonces presidente Hugo Chávez, al margen de la investidura de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff. Ese intento no cuajó a causa de las permanentes divergencias entre ambos países.
Venezuela es el principal obstáculo a la política estratégica y diplomática del gobierno de Obama en la región, mientras que Caracas acusa a Washington de comportarse como un "imperio".
Pese a las tensas relaciones entre ambas naciones, sin embajadores desde hace más de dos años, Estados Unidos es el principal cliente del petróleo de Venezuela, principal productor de crudo sudamericano, al que compra 900.000 barriles diarios en efectivo.
Venezuela, desde la presidencia de Chávez (1999-2013), ha intentado extender su concepto de "revolución socialista del siglo XXI".
El pulso en torno a los embajadores se inició en septiembre de 2008, cuando Chávez, en solidaridad con su aliado boliviano Evo Morales, expulsó al embajador estadounidense.
Washington replicó con la misma medida, y al año siguiente ambos países decidieron volver a reinstalarlos.
Hillary Clinton mantuvo un encuentro franco con Chávez en la cumbre de las Américas de abril de 2009, pero cuando el embajador estadounidense en Caracas, Patrick Duddy, acabó su misión en julio 2010 se abrió de nuevo un debate sobre el puesto.
El embajador nominado para Caracas, Larry Palmer, hizo unas declaraciones en el Congreso que volvieron a irritar a Chávez, quien lo rechazó antes siquiera de que llegara a Caracas.
Washington volvió en diciembre de 2010 a expulsar al representante venezolano, Bernardo Alvarez
AFP