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lunes, 22 de diciembre de 2014

Proponen debatir la derogación de la suspensión de Cuba de la OEA

(EFE).- El nuevo rumbo de las relaciones entre los Gobiernos de Washington y La Habana es objeto hoy de una reunión extraordinaria de la Organización de Estados Americanos (OEA), que no cuenta con la participación de Cuba desde su suspensión el 31 de enero de 1962.
El 9 de noviembre de 1961, en uno de los momentos más tensos de la Guerra Fría, Colombia solicitó una reunión de ministros de Exteriores de Latinoamérica para analizar “las amenazas a la paz y a la independencia política de los Estados” del continente.
Colombia aludió a “la intervención de potencias extra continentales, encaminadas a quebrantar la solidaridad americana”.
La convocatoria se produjo en un momento de especial preocupación por la creciente injerencia del comunismo soviético y chino en Cuba, que temían pudiera extenderse por el continente.
La reunión se celebró en Punta del Este (Uruguay) del 22 al 31 de enero de 1962, como órgano de consulta del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR).
El 31 de enero fue suspendida la participación de Cuba, tras una votación que arrojó 14 votos a favor de la suspensión, uno en contra (Cuba) y seis abstenciones (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador y México).
En el encuentro, los cancilleres declararon que la unidad continental y las instituciones democráticas de la región estaban en peligro por la intensificación de “la ofensiva subversiva de Gobiernos comunistas, sus agentes y las organizaciones controladas por ellos“.
Alegaban que el propósito de esta ofensiva era la destrucción de las instituciones democráticas y el establecimiento de dictaduras totalitarias al servicio de potencias extracontinentales, según la resolución adoptada entonces, a la que tuvo acceso Efe.
En la reunión, alegaron que las fuerzas comunistas querían implantarse en los países subdesarrollados y en América Latina, y como prueba citaron la toma de poder de un Gobierno marxista-leninista en Cuba.
Los ministros consideraron que los principios del comunismo eran incompatibles con los del sistema interamericano y, en una resolución de varios artículos, mencionaron “la continuada intervención de potencias chino-soviéticas” en América.
Entre otros puntos, concluyeron que Cuba se había “identificado con los principios de la ideología marxista-leninista“, había establecido un “régimen político, económico y social fundado en esta doctrina” y aceptaba la “ayuda militar de las potencias comunistas extra continentales”.
También citaron la amenaza de intervención armada de la Unión Soviética en América.
Por ello, declararon que el Gobierno de Cuba, como consecuencia de sus actos reiterados, “se ha colocado voluntariamente fuera del sistema interamericano”.
La adhesión de cualquier miembro de la OEA al marxismo-leninismo, dijeron, “es incompatible con el sistema interamericano y el alineamiento de tal Gobierno con el bloque comunista quebranta la unidad y la solidaridad” del continente.
“Esta incompatibilidad excluye al actual Gobierno de Cuba de su participación en el sistema interamericano”, afirmaron los cancilleres en la resolución, en la que también pidieron a los países que suspendieran de inmediato el comercio y tráfico de armas y material de guerra con la isla.
Meses después, se produjo la Crisis de los Misiles, entre el 22 y el 28 de octubre de 1962, cuando finalizó con el anuncio de Nikita Jrushchev de que la Unión Soviética retiraba los misiles instalados en la isla y el compromiso de Estados Unidos (bajo la presidencia de John F. Kennedy) de no invadir Cuba.
En la Cumbre de las Américas de abril de 2009, el presidente Barack Obama inauguró una nueva era en las relaciones con Estados Unidos, con renovadas promesas de un trato de iguales.
En ese nuevo clima de respeto y cordialidad, el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, propuso que en su próxima Asamblea General se debatiera la derogación de la suspensión de Cuba.
Así, en junio de ese año, en la XXXIX Asamblea de la OEA, celebrada en San Pedro Sula (Honduras), los cancilleres de los 34 países aprobaron por “aclamación” la resolución que levantó la suspensión impuesta en 1962 a Cuba.
No obstante, desde entonces el Gobierno cubano ha rechazado iniciar el diálogo necesario para reintegrarse en la organización.
Cuatro años después, en 2013, durante la XLIII Asamblea, reunida en Antigua (Guatemala), Nicaragua pidió que Cuba participara en la Cumbre de las Américas de 2015.
A continuación, en junio de 2014, en la XLIV Asamblea (Asunción, Paraguay) los países latinoamericanos se unieron para forzar a Estados Unidos a aceptar la participación de Cuba en la próxima Cumbre de las Américas, en Panamá en 2015, pero Washington se opuso, aunque no condicionó su asistencia a la presencia de Cuba.
Cuba ha confirmado que estará presente en la Cumbre de Panamá y, a raíz del anuncio histórico para la reanudación de las relaciones diplomáticas entre la isla y Estados Unidos, rotas desde 1961, el presidente Barack Obama ha dicho que también asistirá.