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lunes, 30 de mayo de 2016

Duterte no asiste a su proclamación como presidente

Rodrigo Duterte fue proclamado hoy nuevo presidente de Filipinas en un acto conjunto del Congreso y el Senado en Manila al que el mandatario no asistió por considerarlo "cursi".
Duterte, que fue nombrado por los parlamentarios en una ceremonia televisada en directo, jurará su cargo el próximo 30 de junio tras haber ganado las elecciones del pasado 9 de mayo con el 39 por ciento de los votos.
La sesión conjunta también designó como vicepresidenta a Leni Robredo, quien en una ajustada carrera consiguió hacerse con 260.000 votos más que su rival Ferdinand Marcos, hijo del difunto dictador del mismo nombre.
La ceremonia de poco más de una hora celebrada en la sede del Congreso de Filipinas ha estado marcada por la ausencia del nuevo presidente, ya que la ley filipina no le obliga a estar presente.
"No he asistido a una ceremonia de proclamación en mi vida", dijo a la prensa Duterte, que calificó el evento de "cursi".
El presidente electo se ha distanciado de la elite política y ha destacado su origen humilde durante toda su campaña electoral, por lo que ya ha apuntado que la ceremonia de investidura del próximo día 30 será muy sencilla y con escasos invitados.
El nuevo mandatario, de 71 años, sustituirá a Benigno Aquino, que ha ocupado la presidencia durante un solo mandato de 6 años, el límite que establece la Constitución filipina.
Aunque las cifras oficiales de las elecciones fueron publicadas el pasado viernes, la victoria de Duterte, que lideraba la mayoría de las encuestas, era evidente pocas horas después de la celebración de los comicios, cuando se publicaron los resultados provisionales de más del 70 por ciento de los distritos electorales.
El nuevo presidente, con más de 16,6 millones de votos a su favor, consiguió cerca de 7 millones de sufragios más que su inmediato perseguidor, el ministro del Interior saliente, Mar Roxas.
Duterte se ha hecho con el apoyo de los filipinos gracias a su firme promesa de luchar contra el crimen y las drogas, considerados dos de los mayores problemas del país por sus ciudadanos.
Sin embargo, el político filipino también ha sido muy criticado por numerosas organizaciones por defender repetidamente la ejecución extrajudicial de ladrones o traficantes de drogas para reducir las tasas de criminalidad.  efe