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jueves, 8 de octubre de 2015

Acoso escolar puede tener consecuencias negativas en vida adulta del niño

Los niños y niñas que sufren acoso escolar, además de tener un bajo rendimiento y exclusión de los grupos de amistad, tienen 6 veces más probabilidades de ser diagnosticados con una enfermedad grave, de ser fumadores o desarrollar problemas de salud mental en la etapa adulta que les dificulte su capacidad para desenvolverse en la sociedad y encontrar empleo a futuro; los acosados pueden presentar una conducta antisocial.
El acoso escolar es el ataque físico, psicológico, social o verbal que va dirigido por sujetos del mismo grupo a una minoría que no tiene la capacidad de defenderse. La agresión es motivada por diversas circunstancias, como la intención de ejercer poder sobre otros.
Se divide en varios tipos: acoso físico, el cual parte de los golpes y el destruir, esconder o romper pertenencias de los niños acosados como útiles, morrales o dispositivos electrónicos. El acoso verbal, el más común, puede ser directo, mediante el insulto, amenaza, burla, entre otros, o indirecto, cuando generamos rumores sobre la persona.
Luego tenemos el acoso relacional, basado en la exclusión y en los gestos hacia el individuo acosado. El acoso virtual o “Ciberacoso” incluye el uso de mensajes de texto, blogs, sitios web, teléfonos móviles, juegos interactivos, correos electrónicos, entre otros, para atacar al acosado.
El “Sexual Bullying” utiliza la agresión física (tocar, manosear) o la agresión verbal, relacionada con contenidos asociados con la sexualidad para infligir daños morales. Estos se cometen con el fin de lograr diversión, ganar popularidad o por controlar un grupo de estudiantes.
Las señales que indican estar frente a un caso de Bullying parten de la observación del comportamiento y el estado de ánimo del niño o niña que está siendo afectado. Hay que estar atentos a si está envuelto en peleas, se niega a hablar de lo que está mal, tiene un bajo rendimiento escolar o si manifiesta agresión o algún acto irracional.
De acuerdo al estudio “Cisneros VII” del Instituto de Innovación Educativa y Desarrollo Directivo (IEDI) de España, generalmente las víctimas del acoso comienzan a presentarse entre los 6 y los 7 años y los agresores tienen su mayor incidencia entre los 12 y los 13 años. Además arrojó que los varones son quienes sufren más a causa de esta problemática social.

Consejos para enfrentar el bullying escolar

En caso de que el niño sea víctima de Bullying, el papel del docente es clave, pues si niega la situación o le resta importancia a la misma, estará tomando una posición que puede fortalecer el acoso. Si un estudiante le confía estar siendo víctima, su deber es escucharlo y hacerle sentir que será apoyado.
En consecuencia, debe atender las situaciones que se presenten, hacerle seguimiento y si persisten, informar a las instancias responsables del centro educativo para que se comuniquen con sus familias.
En todo momento, el docente debe observar la convivencia de los estudiantes dentro y fuera del aula porque en muchos casos, el acoso no es evidente.
Los padres también juegan un papel fundamental, deben ganarse la confianza del niño con conversaciones abiertas, hacerles entender que lo apoyarán y brindarle las herramientas para afrontar la situación, sin incentivar a las agresiones físicas y verbales, así como no intentar contraatacar al acosador.
En caso de que su hijo sea el acosador, es posible que esté confrontando problemas para comprender los signos sociales, e ignore el daño que está haciendo. Recuérdele que intimidar a otros puede acarrear consecuencias de índole jurídica. Los niños imitan las formas de comportamiento que adoptan sus padres. Estar expuesto a un comportamiento agresivo o a un entorno demasiado estricto en casa hace que el niño tenga más propensión al acoso escolar.

Tips para prevenir el acoso escolar

Los maestros o profesores deben estar informados y alertas en todo momento, con vigilancia extrema de los espacios públicos de las instituciones para evitar cualquier hecho de acoso. Además es muy importante la participación de los representantes, quienes deben ser parte de la prevención y solución, formando equipos de seguridad y grupos contra la intimidación social.
En caso de que el niño o niña tenga cuentas en redes sociales, se destaca la importancia que ejerce la supervisión de sus padres y madres, a los contenidos que observen y de lo que conversan con otras personas. De igual manera, tener el mismo cuidado con aquellos pequeños que usen teléfonos celulares.
Es importante recalcarles expectativas positivas, promoviendo el sano comportamiento entre ellos y con los adultos. Las escuelas y aulas deben ofrecer un entorno seguro de aprendizaje para los estudiantes.
Esta es una campaña del programa de Educación Pediátrica Integral (EPI) que forma parte del compromiso social de Laboratorios Leti S.A.V
Fuente:BrandCom VE