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jueves, 12 de abril de 2012

AVN: La industria petrolera venezolana a 10 años del 11A


 La Agencia Venezolana de Noticias (AVN), realizó un trabajo especial a diez años del histórico Paro Petrolero, organizado por un grupo de trabajadores y organizaciones empresariales, que desencadenó en un golpe de estado, que hoy es recordado.
A continuación lea el texto completo:
Caracas, 12 Abr. AVN (por Leonardo Buitrago ).- Entre diciembre de 2001 y febrero de 2003, la alianza opositora al Gobierno del presidente Hugo Chávez, en compañía de organizaciones empresariales y un grupo de trabajadores de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), emprendieron actividades desestabilizadoras que incluyeron un golpe de Estado, y la paralización de los sectores industrial, comercial y petrolero.
El ministro de Petróleo y Minería, Rafael Ramírez, explicó que estos actores que rechazan la idea de una empresa petrolera soberana, orientada al desarrollo socio económico de la nación, actuaban en defensa de la continuidad de un modelo de negocio, en el que sólo interesaba producir petróleo y beneficiar a sus accionistas.
Para Ramírez, el golpe de Estado en contra del Presidente de la República, Hugo Chávez, constituyó la expresión violenta de una confrontación que se venía gestando desde que éste logró la victoria en las elecciones de 1998.
“Para el 2002 me desempeñaba como presidente del Ente Nacional de Gas, y para mi estaba claro que ese golpe de Estado era un golpe petroleropara tomar el control de nuestros recursos energéticos y de los ingresos que devengaban. Con esta acción se pretendió revocar todo lo que se había avanzado en materia petrolera”, indicó.
Los auto denominados defensores de la meritocracia en Pdvsa y los representantes del sector empresarial, fieles a las transnacionales,calificaron este instrumento de inconstitucional y tildaron de antidemocrático al Gobierno de Chávez.En noviembre de 2001 el Gobierno aprobó 49 instrumentos legales, entre los que se encontraban la Ley Orgánica de Hidrocarburos, a través de la cual se regularizaba la participación del Estado en las sociedades mixtas con las transnacionales en materia petrolera, y los tributos que se debían pagar por llevar a cabo actividades de extracción.
Al respecto, el también presidente de Pdvsa, recordó que hasta 1999 Venezuela cumplía un papel de satélite económico de la economía norteamericana, ya que se encargaba de suministrar todo el petróleo que este país necesitara para sostener su aparato industrial y militar.
Durante la apertura petrolera que inició en 1987 las exploraciones en áreas petroleras del país estaban a cargo de consorcios extranjeros como Mobil, Nerón, Dupont Conoco, Amoco, LL&E y Benton de Estados Unidos; la British Petroleum, de Inglaterra y Repsol, de España, lo que originó qie el ingreso fiscal por la actividad petrolera, en más de diez años, fuera apenas de 23 mil 400 millones de dólares.
“Se implantó en Pdvsa una cultura antipopular, que se basó en el trasladado de todos los códigos, valores y visiones de esas transnacionales, y que devino en esa llamada meritocracia. Esos valores estaba tan arraigados, que incluso llegaron a decir que el problema de Pdvsa es que era una empresa del primer mundo, que estaba en un país tercermundista”, subrayó.
Por tal motivo,-explicó-, “esa vieja Pdvsa directamente se involucró, participó, financió, y prestó todas sus instalaciones para fraguar el golpe de Estado”.
Ramírez indicó que de forma posterior al fracaso del golpe, y al restablecimiento del hilo democrático, los factores de la derecha continuaron con su estrategia desestabilizadora contra el gobierno, y emprendieron un sabotaje petrolero entre el 2 de diciembre de 2002 y febrero de 2003.
Cifras publicadas por la estatal petrolera reflejan que esta acción produjo daños directos a la industria por más de 15.400 millones de dólares, mientras que las pérdidas totales para la nación se estiman en más de 20.000 millones de dólares.

La nueva Pdvsa

Diez años después, y gracias a la consolidación de un sistema democrático, la industria petrolera ha experimentado un proceso de transformación que le ha permitido continuar la exploración, explotación y comercialización de crudo, y contribuir a la vez con el desarrollo de programas sociales en beneficio de la población.
El ministro Ramírez destacó que parte de este proceso se debió a la aplicación de la Ley de Hidrocarburos, con la que el Estado pudo hacer frente al régimen entreguista de la denominada “apertura petrolera” que caracterizó a los gobiernos de la década de los 90, y pasó a ejercer la administración de las riquezas energéticas del país en procura del desarrollo socioeconómico.
Explicó que la política de Plena Soberanía Petrolera, que incluyó la promulgación de la Ley Orgánica de Hidrocarburos, así como la de la Ley de Impuesto Sobre la Renta del año 2006 y la nacionalización de la Faja Petrolífera del Orinoco en el 2007, permitieron reajustar y reorganizar la recaudación de regalías e impuestos provenientes del sector hidrocarburos.
Así se garantizó que el país tuviese ingresos justos como otras naciones del mundo, llevando la tasa de regalía del 1% de la Apertura Petrolera al 33,33%. Antes de esto, de cada 100 barriles producidos, ellos se llevaban 99 y al pueblo venezolano le quedaba 1. Esta tasa llegó a ser la más baja que jamás se hubiera cobrado en el mundo, por la explotación petrolera”, acotó el titular de Petróleo y Minería.
Añadió que se logró ajustar el impuesto sobre la renta petrolera del 34% al 50%, se restableció la mayoría accionaria por parate de Venezuela y el control operacional de la empresa. “Así, el Gobierno Bolivariano ha llevado la participación del Estado en el ingreso bruto por barril del 45% al 96%”, precisó.

Recuperación de los precios y de la FPO

El ministro planteó que parte de la soberanía energética se basó en refundar la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) e impulsar una estrategia de bandas de producción.
“En el año 1999, la Opep lucía desarticulada y el precio de la cesta venezolana rondaba escasamente los 10 dólares el barril. Hoy, Venezuela recuperó su papel predominante en el seno de la Opep, trabajando por su cohesión y su unidad y, gracias a nuestras políticas de recorte de producción, hemos alcanzado un precio base en torno a los 100 dólares el barril”, resaltó.
Otro aspecto importante del rescate de Pdvsa fue la nacionalización de la Faja Petrolífera del Orinoco (FPO) concretada en 2007, con la que se pudo garantizar la mayoría accionaria y control operacional de la empresa, en todas las actividades de exploración y explotación de crudo y gas.
“Este proceso comprendió la nacionalización de 33 convenios cooperativos, 11 proyectos de asociaciones y todas las operaciones acuáticas, taladros y actividades de compresión de gas y de agua”, recordó.
Sin embargo, gracias a la implementación del Proyecto Magna Reserva, que inició en 2005, se pudieron cuantificar y certificar las reservas de crudo presentes en la FPO, que en la actualidad se ubican en 297.570 millones de barriles netos- las más altas del planeta-.La FPO, territorio con más de 55 mil kilómetros cuadrados, fue considerado por la directiva de la antigua Pdvsa comouna fuente de bitúmen, un hidrocarburo semi sólido y altamente viscoso, que se comercializaba en los mercados internacionales al precio del carbón(un cuarto del valor del crudo).
Ahora podemos aprovechar estas reservas en función de los planes de desarrollo de la nación, y no de ningún plan transnacional, en los últimos 10 años se han logrado captar más de 354 mil millones de dólares de renta petrolera para beneficio de todos los venezolanos que, de otra manera, se los hubieran llevado, como se los llevaron las empresas transnacionales”, destacó.
Explicó que de esa cantidad, se han destinado 44 mil millones de dólares al Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden) y más de 300 mil millones de dólares en inversión social, “que de otra manera, se los hubieran llevado, como se los llevaron, las empresas transnacionales”.
“Pdvsa, subrayó, ahora es una empresa del pueblo, que está al servicio del pueblo y del resultado de las elecciones del próximo octubre dependerá que esto continúe así, tenemos un programa, que es la construcción del socialismo y dentro de ese programa le hemos asignado a nuestra empresa nacional un rol fundamental en la tarea de lograr el crecimiento económico y social del país”, concluyó.