(AFP) – Una masiva marcha en Caracas contra el mandato de Hugo Chávez fue el detonante del fallido golpe de Estado hace una década, que sacó del poder al presidente durante casi 48 horas y cuyos violentos enfrentamientos en las calles dejaron 19 muertos y un centenar de heridos.
La protesta formó parte de un paro nacional indefinido convocado por la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), la mayor central obrera del país, y la principal patronal Fedecámaras contra políticas del gobierno consideradas estatistas y su manejo de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa).
La marcha que originalmente debía llegar a una sede de PDVSA se desvió hacia el palacio de Miraflores para exigir la renuncia de Chávez, en el poder desde 1999, atendiendo un llamado del presidente de Fedecámaras, Pedro Carmona, y el titular de la CTV, Carlos Ortega.
Entonces, los alrededores de la presidencia se convirtieron en un campo de batalla y tras varias horas de enfrentamientos entre los manifestantes opositores y simpatizantes del gobierno -llamados a defender el palacio- al menos 19 personas murieron, varias de ellas con impactos de bala.
Gobierno y oposición se atribuyen mutuamente la responsabilidad de esas muertes, cuyos autores materiales quedaron impunes.
Esa noche, el alto mando militar desconoció la autoridad de Chávez en un mensaje difundido por televisión y en la madrugada del 12 de abril, el general en jefe de las Fuerzas Armadas, general Lucas Rincón, afirmó que Chávez “aceptó” renunciar al poder.
“Se solicitó al señor presidente de la República la renuncia de su cargo, la cual aceptó”, indicó Rincón en rueda de prensa.
Más tarde, Carmona, escoltado por jefes militares, se autoproclamó presidente en una ceremonia en Miraflores transmitida por TV. Tras asumir el poder, el empresario anuló la Constitución y disolvió los poderes públicos.
En ese convulsionado ambiente, un grupo de manifestantes atacó la embajada de Cuba en Caracas el día 12. El entonces alcalde del municipio de Baruta, Henrique Capriles Radonski — hoy candidato presidencial opositor — fue acusado de no actuar ante el asedio a la legación y por ello pasó cuatro meses en la cárcel, aunque finalmente fue absuelto de los cargos.
Esa misma mañana se difundieron mensajes que aseguraban que Chávez no había dimitido, aunque se desconocía su paradero.
El día 13, Caracas amaneció con más protestas de apoyo a Chávez y una ola de saqueos que no fueron transmitidas por las televisoras privadas, que en su lugar programaron dibujos animados.
En la tarde, un grupo de la cúpula militar retiró su apoyo al gobierno interino y el vicepresidente Diosdado Cabello fue investido como presidente provisional hasta la vuelta de Chávez. Poco después Carmona renunció.
A las pocas horas, Chávez regresó al poder tras ser rescatado por un grupo de militares leales, dirigidos por el general Raúl Baduel, de la isla caribeña La Orchila, adonde lo habían enviado prisionero.
De vuelta a Caracas, el presidente fue recibido en medio del júbilo popular y recibió el poder de manos de Cabello.
Una década después del fallido golpe, Chávez recuerda la intentona golpista como el día en que “comenzó la revolución socialista en Venezuela”.
Una década después del fallido golpe, Chávez recuerda la intentona golpista como el día en que “comenzó la revolución socialista en Venezuela”.