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viernes, 27 de septiembre de 2013

Insulza niega que la OEA deba pronunciarse sobre la impugnación de elecciones venezolanas

 AFP).- El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, dijo este viernes que el organismo no debería pronunciarse sobre la impugnación de las elecciones presidenciales de Venezuela presentada por la oposición porque le corresponde acatar el veredicto del Supremo venezolano.
“La Cidh (Comisión Interamericana de Derechos Humanos) no sé si va a tomar el tema que se le ha planteado, pero no ocurre frecuentemente”, indicó Insulza en una rueda de prensa ofrecida en el Senado de México, donde participó en un foro sobre regulación de drogas.
“La observación electoral de la OEA está regulada en la Carta Democrática Interamericana y nosotros, por consiguiente, no deberíamos pronunciarnos respecto de elecciones que no hemos sido invitados a observar”, sentenció.
El pasado 9 de septiembre, la oposición venezolana impugnó ante la Cidh las elecciones presidenciales del 14 de abril que considera “fraudulentas” y en las que Nicolás Maduro fue electo por una diferencia de 1,49% frente a Henrique Capriles.
Insulza aseguró que los organismos de la OEA “siempre” siguen la Carta Democrática y, como ejemplo de ello, recordó el caso de las elecciones presidenciales mexicanas de 2006, en las que Felipe Calderón (2006-2012) ganó por un estrecho margen de 0,56% al izquierdista Andrés Manuel López Obrador.
“Cuando el tribunal electoral de México pronunció su veredicto, nosotros dijimos: ‘Acatamos el veredicto, como nos corresponde’”, señaló.
“Y no veo por qué tenemos que hacer algo distinto respecto a Venezuela”, manifestó.
La oposición venezolana presentó la impugnación un día antes de que Venezuela saliera de la competencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH).
En mayo, la oposición había ya demandado ante el Tribunal Supremo de Justicia de su país la nulidad total o parcial de los comicios -que se celebraron a raíz de la muerte el 5 de marzo del presidente Hugo Chávez- pero en agosto el alto tribunal consideró los recursos presentados como “inadmisibles”.
Al destacar que ningún país de la OEA ha solicitado que se impugnen las elecciones que enfrentaron a Maduro con Capriles, Insulza se preguntó: “¿Por qué quieren que el secretario general (de la OEA) haga lo que ningún estado está dispuesto a pedir?”.
La alianza opositora ya adelantó que presentará otro recurso de impugnación ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.

La salida de la convención, un “mensaje equivocado”

Sobre el retiro de Venezuela de la Corte IDH, que se hizo efectivo el pasado 10 de septiembre por una solicitud del gobierno de Caracas un año antes, Insulza consideró que no generará “grandes cambios” en el funcionamiento del sistema pese a que transmite un “mensaje equivocado”.
El secretario general de la OEA lamentó que Venezuela se una a Estados Unidos, Canadá y Trinidad y Tobago (que se retiró en 1998 del sistema) en no reconocer la Convención Americana de Derechos Humanos como lo hace el resto de los países del hemisferio.
Sin embargo, consideró que “en términos prácticos, no van a haber grandes cambios porque todavía Venezuela es parte de la OEA y seguirá siendo así”.
“El hecho de que haya un país que no ha ratificado (la convención) no significa que sea malo para otros ratificarlo. Es una lógica que no comparto“, dijo Insulza al afirmar que “la comisión va a seguir actuando como actúa” ahora.
“No es tanto el efecto que produce, lo que yo lamento es el mensaje que proyecta, que es un mensaje equivocado”, destacó el secretario al desestimar las críticas venezolanas sobre una supuesta parcialidad de los jueces de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Los jueces son todos latinoamericanos, salvo uno que es un abogado de derechos humanos norteamericano y que, entre otras cosas, ha defendido al gobierno boliviano” de un litigio con Estados Unidos, subrayó Insulza.
Chávez denunció la Convención Americana de Derechos Humanos en septiembre de 2012 acusando a la Corte IDH de servir a Washington, en una decisión que fue ratificada por su sucesor.