El candidato opositor Henrique Capriles Radonski justificó sus acciones violentas de los hechos de abril 2002, y sobre todo el asedio a la embajada de Cuba en Caracas, argumentando que fue allí solamente a “calmar los ánimos”.
“Yo estuve preso después de la situación que hubo allí, donde fui a calmar los ánimos de las personas que estaban afuera. El que no la debe no la teme, estuve en la cárcel y me calé 20 dias en un cuarto. La cárcel cuando es injusta es doblemente dura”, expresó el aspirante de la derecha. Este discurso lo transmitió el segmento ¿En qué andan?, deVTV, conducido por el periodista Pedro Carvajalino.
Asimismo, Radonski argumentó que existe una campaña "de desprestigio" contra su figura, tras el golpe de Estado de 2002, en la que abiertamente participó contra la institucionalidad democrática nacional. “Hoy yo veo páginas pagadas en el periódico. Hay toda una campaña para enlodarme a mí, para desacreditarme, para destruirme como persona, hoy que se cumplen 10 años del 11 de abril”.
Acciones desestabilizadoras de Capriles
En la memoria de todos los venezolanos aún permanecen aquellas imágenes cuando el exministro de Interior y Justicia del gobierno derrocado, Ramón Rodríguez Chacín, era sacado a la fuerza de su residencia, la tarde del 12 de abril por los entonces alcaldes de Baruta y Chacao, Henrique Capriles Radonski y Leopoldo López, respectivamente.
El funcionario fue golpeado por una multitud de personas que habían sido convocadas por las dos citadas autoridades municipales, y con presencia, además, de policías de Chacao que actuaban fuera de su jurisdicción.
“Leopoldo López y Henrique Capriles se presentan en mi residencia y amenazaron con derribar la puerta del apartamento, razón por la cual los dejé ingresar. Entraron con algunos efectivos policiales. Solicité si tenían una orden de detención y ellos mismos reconocieron que no la tenían. Pude ver francotiradores en los alrededores del edificio”, relató Ramón Rodríguez Chacín, recientemente entrevistado por el periodista José Vicente Rangel.
Continuó Rodríguez Chacín: “Al momento de salir, les hablo de la cantidad de personas que estaban abajo, que ellos mismos habían arengado y llevado al lugar. Les hice saber el riesgo que representaba eso para mi integridad física.Les dije que me sacaran por otro lado y Capriles dijo que no, porque las cámaras estaban frente del edificio y ellos querían sacarme frente a las cámaras”.
Rodríguez Chacín destacó que esas escenas que les tocó vivir al pueblo venezolano forman parte de una ideología fascista, la de los mismos que ahora quieren llegar al poder con las mismas intenciones.
El asedio a una embajada:
Dándole continuidad a su agenda desestabilizadora, el hoy candidato para la presidencia, lideró la manifestación violenta en la embajada de Cuba en Caracas.
Allí, se produjeron actos de intimidación por parte de sectores adversos al gobierno de Chávez, contra el personal de la sede diplomática. Entre las acciones vandálicas perpetradas contra la embajada, y transmitidas por televisión ese día de golpe, estuvieron la destrucción de varios vehículos de la delegación, agresiones verbales violentas, amenazas a la integridad física del personal diplomático, así como cortes ilegales en el suministro de los servicios de electricidad y de agua, entre otros actos.
Uno de los voceros de los vándalos llegó al extremo de amenazar a la delegación extranjera, en una transmisión por televisión: "Se van a tener que comer las alfombras, las sillas y las mesas. No les va a entrar agua. Les cortaremos la electricidad..." decía con total impunidad a las cámaras, rodeado de policías de Baruta y de la Metropolitana, quienes nunca actuaron para restablecer el orden y proteger las instalaciones de la embajada, que posee soberanía del país que la ocupa, tal como está garantizado en el Derecho Internacional.
Las imágenes de archivo dan cuenta del momento cuando Capriles Radonski, como alcalde de Baruta, en vez de "calmar los ánimos" de los vándalos, irrumpió en la embajada para "conversar" con el diplomático cubano y exigir revisión de la sede. El alcalde de Baruta pretendió verificar si estaba Diosdado Cabello y otros funcionarios del Gobierno que Radonski había ayudado a derrocar horas antes.
También transmitido por la cámara de una televisora privada, quedó registrada la conducta del alcalde de Baruta, cuando en el interior de la residencia diplomática Radonski le decía al embajador Sánchez Otero: "En una democracia, la gente puede manifestar de la manera como quiera". El diplomátco le advirtió que eso no era una manifestación pacífica, mucho menos democrática, y estaba en presencia de un asedio a una representación extraanjera debidamente acreditada en Venezuela. Lo conminó a asumir la responsabilidad que tenía como autoridad municipal, debido a que el gobierno nacional había sido derrocado.
La intimidación al máximo representante de la sede diplomática extranjera, en una muestra del asedio contumaz y de violación de la Ley Internacional y del derecho al asilo, quedó evidenciado aún más tras su salida de la embajada, cuando Capriles Radonski afirmó a las cámaras de televisión, y a los vándalos, las siguientes palabras:
"No puedo afirmar o negar si había venezolanos adentro, porque no puede dar una revisión a la embajada...".
(VTV)