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sábado, 20 de septiembre de 2014

“Brasil no tiene vocación imperial”, dice asesor de Rousseff sobre Cuba

EFE).- El asesor especial de la presidenta Dilma Rousseff en asuntos exteriores, Marco Aurelio García, afirmó hoy que Brasil carece de una “vocación imperial”, en respuesta a las declaraciones de la candidata opositora Marina Silva sobre Cuba.
“Brasil no tiene vocación imperial, no es una agencia de certificación que distribuye definiciones a otros países. Respetamos a Cuba, así como a Estados Unidos, Francia y China, por ejemplo”, declaró el funcionario en una entrevista con Efe.
El académico, que mantiene su cargo desde la época de Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) y fue presidente del Partido de los Trabajadores (PT), objetó la declaración a la prensa estadounidense de Silva, principal rival en las encuestas de Rousseff, sobre Cuba.
Silva dijo que “la mejor forma de ayudar al pueblo cubano es comprender que pueden hacer la transición del actual régimen a la democracia y que no necesitamos cortar ningún tipo de relaciones” y que ayudará en caso de ser electa con la diplomacia para defender valores como los derechos humanos.
Para García, cualquier intento de opinar sobre la situación interna de otro país va en contra a la posición de la diplomacia brasileña.
“No tenemos posición de intervenir en ningún país del mundo y respetamos el principio de la autodeterminación. Esto ha presidido nuestra relación en América Latina y el Caribe. Los rumbos del Estado cubano lo tomarán estrictamente los propios cubanos”, sostuvo el consejero especial de Rousseff.
El Gobierno brasileño financia la modernización del Puerto de Mariel, en Cuba, con un coste de unos 957 millones de dólares, la mayor parte en préstamos del estatal Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), que es visto como estratégico para el comercio brasileño en la región caribeña.
El asesor especial también rechazó la idea de Marina Silva de que hay que “relanzar” las relaciones con Estados Unidos al afirmar: “que yo sepa no hubo ruptura de relaciones”.
La presidenta Rousseff canceló en 2013 una visita oficial a Washington debido a que ella personalmente y otros funcionarios brasileños fueron víctimas del espionaje de la Agencia Seguridad Nacional (NSA), denunciado por el “topo” Edward Snowden.
García contó que estuvo reunido a inicios de septiembre con la secretaria norteamericana de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, y calificó el caso Snowden contra Rousseff como una “mancha” o una “sombra”.
“Si la candidata (Marina Silva) no considera esto relevante me sorprende mucho, no es algo irrelevante, lo que no quiere decir que cree un clima de hostilidad permanente, vamos a tener que discutir como superar esta mancha”, evaluó el asesor especial.
Y sostuvo que el Gobierno de Brasil quiere un relación “simétrica” con Washington.
“Brasil sabe de la importancia que EEUU tiene en el mundo y en las Américas y tenemos que ver las formas para que estos episodios no vuelvan a reproducirse. Queremos tener una relación simétrica, no una relación asimétrica”, declaró.
Para García, las propuestas de Gobierno presentadas por Silva “son contradictorias” y sostuvo que la gestión de Rousseff a partir de 2010 estuvo marcada por la crisis mundial y el papel del G-20.
Destacó que las crisis financieras en EEUU y Europa generaron nuevos escenarios, sobre todo con los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). “En 2010 los BRICS eran apenas una idea, hoy tienen una consistencia mayor, con un fondo de reservas, el banco de los BRICS”.
El asesor se refirió a la flexibilidad del Mercosur (integrado por Brasil, Argentinas, Uruguay, Paraguay y Venezuela) propuesta por Silva para poder negociar unilateralmente y a velocidades diferentes un acuerdo de libre comercio que se negocia con la Unión Europea.
“Actualmente la única propuesta consistente que tenemos es sobre un acuerdo Mercosur-UE y estamos dispuestos a concluirlo. Entregamos una oferta común y lo que sabemos hasta ahora es que la UE no tiene una posición común”, declaró.
Y aseguró que la intención de los países sudamericanos es apostar por un acuerdo dentro de la Ronda de Doha de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Según García, la diplomacia de Brasil quiere “consolidar el Mercosur y convertirlo en una unión aduanera y para eso persistir en la relación con sus miembros”, a la espera de los próximos posibles socios, como Bolivia y Ecuador.
“El comercio intra-Mercosur es muy relevante. Argentina es uno de los tres principales socios comerciales de Brasil. Y si la expansión en ese comercio no es mayor es función de dificultades mundiales y regionales”, declaró