Indonesia defendió este miércoles la ejecución de ocho reos, siete de ellos extranjeros, como una medida necesaria en la lucha contra el narcotráfico, ante las críticas de Australia y Brasil que habían pedido clemencia para sus ciudadanos convictos.
El fiscal general indonesio, Muhammad Prasetyo, dijo que las ejecuciones no significan que se considere como enemigos a los países de procedencia de los condenados sino que persiguen disuadir a futuros criminales.
"Estamos en una guerra contra crímenes horribles de narcotráfico que amenazan la supervivencia de nuestra nación", dijo Praseyto en Cilacap, cerca del penal donde se llevaron a cabo las ejecuciones, en declaraciones recogidas por el canal Metro.
El brasileño Rodrigo Gularte y los australianos Andrew Chan y Myuran Sukumaran fueron tres de los ejecutados anoche por un pelotón de fusilamiento en la isla de Nusakambangan, junto a tres nigerianos, un ghanés y un indonesio.
La ejecución de la filipina Mary Jane Veloso fue pospuesta en el último momento después de que la mujer que presuntamente la envió a Indonesia con 2,6 kilos de heroína se entregara a la Policía filipina.
El primer ministro australiano, Tony Abbott, llamó a consultas a su embajador en Yakarta y advirtió que las relaciones bilaterales se encuentran en "un momento oscuro" tras unas ejecuciones que calificó como "crueles" e "innecesarias".
"Deploramos lo que ha ocurrido y no podemos hacer como si nada hubiera pasado. Por ello, una vez se hayan dado todas las cortesías a las familias Chan y Sukumaran, nuestro embajador será retirado para consultas", dijo Abbott en rueda de prensa.
Abbott subrayó que la relación con Indonesia es muy importante pero que esta se ha resentido por las ejecuciones, que provocaron en las últimas semanas la suspensión de contactos ministeriales que seguirán interrumpidos "durante un tiempo".
Ambos países habían rehecho las relaciones maltrechas hace dos años después de que se supiera que los servicios secretos australianos intentaron, sin éxito, escuchar las conversaciones del presidente indonesio y su entorno en 2009.
Mientras, Brasil mostró su "profunda consternación" por la ejecución de Gularte que consideró como un "hecho grave" en la relación bilateral, deteriorada desde la ejecución en enero de otro brasileño, Marco Archer Cardoso Moreira, también por narcotráfico.
Brasil retiró entonces a su embajador en Yakarta y un mes más tarde la presidente brasileña, Dilma Rousseff, se negó a recibir al nuevo embajador indonesio cuando iba a presentar sus cartas credenciales, lo que llevó al país asiático a retirar también su embajador.
Yakarta también recibió críticas de Amnistía Internacional que calificó como "reprobable" unas ejecuciones en las que denunció la total falta de consideración hacia el proceso legal y la salvaguarda de los derechos humanos.
La organización denunció que varios presos no tuvieron acceso a abogados competentes o intérpretes durante el arresto y la fase inicial del juicio, y que Gularte fue ajusticiado pese a que se le había diagnosticado esquizofrenia.
El Gobierno indonesio, en cambio, minimizó las críticas y pidió respeto a sus leyes.
"Nuestra ley debe ser respetada. Nosotros respetamos la soberanía de las leyes en otros países", dijo el presidente indonesio, Joko Widodo.
Su ministra de Asuntos Exteriores, Retno Marsudi, se mostró confiada en mantener las buenas e "importantes" relaciones con Australia, mientras el vicepresidente, Jusuf Kalla, advirtió que sería Camberra la que saldría peor parada de un conflicto diplomático.
"Importamos más de Australia así que si se congelan las relaciones comerciales serían ellos los que saldrían perdiendo", dijo Kalla según el The Jakarta Post.
Los reproches se convirtieron en muestras de agradecimiento en Filipinas tras el aplazamiento de la ejecución de Veloso solicitada por Manila después de que la mujer que presuntamente reclutó a la convicta se entregara ayer a la policía.
"Es un alivio que la ejecución de Mary Jane Veloso no se llevará a cabo esta noche. El Señor ha respondido a nuestras plegarias", dijo el portavoz del departamento de Exteriores filipino, Charles Jose, según el portal Rappler.
Filipinas presentó a Veloso como una víctima del tráfico de personas y presentó cargos contra Maria Cristina Sergio, la persona que la reclutó para viajar a Indonesia.
No obstante, el presidente indonesio aclaró más tarde que la sentencia impuesta a la filipina no ha sido alterada.
"Hay una carta de Filipinas que expone un caso de tráfico de personas. Esto es un aplazamiento (de la ejecución), no una anulación", dijo Widodo.
Esta fue la segunda ronda de ejecuciones que Indonesia llevó a cabo bajo la presidencia de Widodo, después de que en enero se ejecutara otros seis convictos.
El fiscal general indonesio, Muhammad Prasetyo, dijo que las ejecuciones no significan que se considere como enemigos a los países de procedencia de los condenados sino que persiguen disuadir a futuros criminales.
"Estamos en una guerra contra crímenes horribles de narcotráfico que amenazan la supervivencia de nuestra nación", dijo Praseyto en Cilacap, cerca del penal donde se llevaron a cabo las ejecuciones, en declaraciones recogidas por el canal Metro.
El brasileño Rodrigo Gularte y los australianos Andrew Chan y Myuran Sukumaran fueron tres de los ejecutados anoche por un pelotón de fusilamiento en la isla de Nusakambangan, junto a tres nigerianos, un ghanés y un indonesio.
La ejecución de la filipina Mary Jane Veloso fue pospuesta en el último momento después de que la mujer que presuntamente la envió a Indonesia con 2,6 kilos de heroína se entregara a la Policía filipina.
El primer ministro australiano, Tony Abbott, llamó a consultas a su embajador en Yakarta y advirtió que las relaciones bilaterales se encuentran en "un momento oscuro" tras unas ejecuciones que calificó como "crueles" e "innecesarias".
"Deploramos lo que ha ocurrido y no podemos hacer como si nada hubiera pasado. Por ello, una vez se hayan dado todas las cortesías a las familias Chan y Sukumaran, nuestro embajador será retirado para consultas", dijo Abbott en rueda de prensa.
Abbott subrayó que la relación con Indonesia es muy importante pero que esta se ha resentido por las ejecuciones, que provocaron en las últimas semanas la suspensión de contactos ministeriales que seguirán interrumpidos "durante un tiempo".
Ambos países habían rehecho las relaciones maltrechas hace dos años después de que se supiera que los servicios secretos australianos intentaron, sin éxito, escuchar las conversaciones del presidente indonesio y su entorno en 2009.
Mientras, Brasil mostró su "profunda consternación" por la ejecución de Gularte que consideró como un "hecho grave" en la relación bilateral, deteriorada desde la ejecución en enero de otro brasileño, Marco Archer Cardoso Moreira, también por narcotráfico.
Brasil retiró entonces a su embajador en Yakarta y un mes más tarde la presidente brasileña, Dilma Rousseff, se negó a recibir al nuevo embajador indonesio cuando iba a presentar sus cartas credenciales, lo que llevó al país asiático a retirar también su embajador.
Yakarta también recibió críticas de Amnistía Internacional que calificó como "reprobable" unas ejecuciones en las que denunció la total falta de consideración hacia el proceso legal y la salvaguarda de los derechos humanos.
La organización denunció que varios presos no tuvieron acceso a abogados competentes o intérpretes durante el arresto y la fase inicial del juicio, y que Gularte fue ajusticiado pese a que se le había diagnosticado esquizofrenia.
El Gobierno indonesio, en cambio, minimizó las críticas y pidió respeto a sus leyes.
"Nuestra ley debe ser respetada. Nosotros respetamos la soberanía de las leyes en otros países", dijo el presidente indonesio, Joko Widodo.
Su ministra de Asuntos Exteriores, Retno Marsudi, se mostró confiada en mantener las buenas e "importantes" relaciones con Australia, mientras el vicepresidente, Jusuf Kalla, advirtió que sería Camberra la que saldría peor parada de un conflicto diplomático.
"Importamos más de Australia así que si se congelan las relaciones comerciales serían ellos los que saldrían perdiendo", dijo Kalla según el The Jakarta Post.
Los reproches se convirtieron en muestras de agradecimiento en Filipinas tras el aplazamiento de la ejecución de Veloso solicitada por Manila después de que la mujer que presuntamente reclutó a la convicta se entregara ayer a la policía.
"Es un alivio que la ejecución de Mary Jane Veloso no se llevará a cabo esta noche. El Señor ha respondido a nuestras plegarias", dijo el portavoz del departamento de Exteriores filipino, Charles Jose, según el portal Rappler.
Filipinas presentó a Veloso como una víctima del tráfico de personas y presentó cargos contra Maria Cristina Sergio, la persona que la reclutó para viajar a Indonesia.
No obstante, el presidente indonesio aclaró más tarde que la sentencia impuesta a la filipina no ha sido alterada.
"Hay una carta de Filipinas que expone un caso de tráfico de personas. Esto es un aplazamiento (de la ejecución), no una anulación", dijo Widodo.
Esta fue la segunda ronda de ejecuciones que Indonesia llevó a cabo bajo la presidencia de Widodo, después de que en enero se ejecutara otros seis convictos.
EFE