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martes, 21 de abril de 2015

Sudáfrica despliega al ejército para contener la violencia xenófoba que dejó siete muertos

(Sudáfrica, 21 de abril. AFP).- El ejército sudafricano comenzó a desplegarse el martes en el suburbio de Alexandra en Johannesburgo, para mantener el orden y asistir a la policía en la lucha contra la violencia xenófoba, que en las dos últimas semanas ha dejado siete muertos.
Demandado por las asociaciones de la diáspora africana en Sudáfrica desde hace varios días, la movilización excepcional de los militares es “el último recurso”, declaró el martes la ministra de Defensa, Nosiviwe Mapisa-Nqakula.
“La decisión no ha sido tomada a la ligera”, subrayó en rueda de prensa.
“El ejército será empleado como fuerza de disuasión contra la criminalidad”, declaró en una visita al suburbio de Alexandra, donde durante la noche se produjeron nuevos incidentes.
La titular de Defensa subrayó que el papel del ejército no era sustituir a la policía. Es “precisamente porque no somos un Estado militarizado” que las fuerzas del orden están interviniendo de forma gradual, señaló.
“Estamos desplegando tropas también en Kwazulu-Natal (provincia del este del país, donde comenzaron los altercados y donde se encuentra la ciudad de Durban). Es nuestra responsabilidad garantizar que todo el país vaya bien”, añadió.
A pocos días de la fiesta nacional, que tendrá lugar el próximo lunes para celebrar el 21 aniversario del derecho al voto de los negros, el gobierno trata a marchas forzadas de restablecer la calma y la reputación del país.
En Alexandra, la noche pasada, una pareja de Zimbabue era agredida, aunque “ya salieron del hospital y están fuera de peligro”, afirmó la ministra.

Duro golpe económico y diplomático

El sábado pasado, un mozambiqueño, Emmanuel Sithole, fue apuñalado hasta la muerte en ese suburbio donde se hacinan 400.000 personas viviendo en la pobreza.
Sus cuatro presuntos agresores fueron llevados el martes ante el juez, que los ha mantenido en detención.
Oficialmente, la violencia ha dejado siete muertos -tres sudafricanos y cuatro extranjeros, entre ellos, un etíope quemado vivo en su casa-, según la policía, si bien el balance no es totalmente fiable.
Los altercados también han dejado varios miles de desplazados, entre ellos más de 900 que decidieron ser repatriados.
De regreso en su país de origen, los había que juraban que no volverían, como Trust Mhlanga, obrero zimbabuense empleado en BTP desde hacía cuatro años en Durban.
“Lo he perdido todo”, explicaba uno de sus compatriotas, Melusi Ndiweni, en tránsito hacia la frontera.
“Una multitud enfurecida vino cantando y gritando con palos y machetes. Logré huir con mis papeles y la ropa que llevaba puesta. Me habrían matado si no hubiera logrado escaparme”.
Los altercados reflejan la frustración de la mayoría negra, que sigue viéndose privada del acceso a una educación de calidad, a salarios decentes o simplemente, a un trabajo.