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jueves, 17 de mayo de 2012

Evans: en Colombia “el Narcoestado y la Narcopolítica está dirigida por bases militares estadounidenses”


 Este jueves, el politólogo Nicmer Evans analiza el “simulado Estado de Bienestar” en Colombia, a propósito del atentado con bomba en Bogotá de este martes, sobre el cual argumenta que independientemente de los perpetradores “es Uribe quien gana al poder proyectar (…) su esquema de terrorismo de Estado”.
Evans desarrolla su argumento afirmando que “Colombia no es un sólo Estado, está compuesto por un Estado formal, un segundo Estado paramilitar, un tercer Estado narcotraficante y un cuarto Estado insurgente”.
Agrega que pese a la confrontación entre el expresidente Álvaro Uribe y su sucesor, Juan Manuel Santos “son los dos: el policía bueno y el policía malo, jugando a favor del mismo actor, el imperio estadounidense”.
A continuación su columna “Comuna en construcción” :
Ha sido Colombia en los últimos años un artificio político y comunicacional de la mano del protectorado estadounidense, que ha pretendido simular un Estado de Bienestar en el marco de un país dividido en 4 Estados que funcionan y coexisten de manera paralela y eventualmente en conflicto.
De la mano de Álvaro Uribe Vélez en Colombia se ha profundizado la capacidad de disimulo ante una realidad pasmosa; Colombia no es un sólo Estado, está compuesto por un Estado formal, un segundo Estado paramilitar,un tercer Estado narcotraficante y un cuarto Estado insurgente.
Sin embargo, en una extraordinaria campaña publicitaria de marcas país, Colombia se vende como un destino ideal… “el riesgo es que te quieras quedar” reza la contundente publicidad turística de un país en caos, que logra, a través de la militarización de su capital, engañar incluso a sus propios habitantes sobre una sensación de seguridad que detrás tiene una muy pesada realidad; la realidad de la muerte, la represión y la invisibilización de una salvaje verdad: el NarcoEstado y la Narcopolítica está dirigida por bases militares estadounidense a través de la DEA y el FBI.
Es tal la condición de colonia de Colombia, que ante el atentado del ex ministro Londoño, el gobierno de Santos corre a solicitar la inmediata intervención del FBI, ya que en efecto Colombia no tiene capacidad ni independencia para investigar casos como éste, donde todos son sospechosos. Y todos son sospechosos porque cualquiera de los liderazgos de los 4 Estados pudo haber sido capaz de una acción como esta.
Pero, quién gana realmente con este atentado, indiferentemente de la fuente de origen de la acción, les puedo asegurar que es Uribe quien gana al poder proyectar que bajo su esquema de terrorismo de Estado se logró liberar a Bogotá de la violencia política, aun cuando en su gobierno la violencia social y económica no sólo se acentuó sino, se consolido como esquema de relación que se ha continuado en el gobierno de Santo, pero sin ingerencia directa de Uribe.
La confrontación Uribe Santos, ha llegado al nivel de generar señalamientos públicos de sus problemas internos, aún cuando esto no significa de ninguna manera que ahora Santos sea santo y Uribe un demonio. Son los dos: el policía bueno y el policía malo, jugando a favor del mismo actor, el imperio estadounidense. Los dos son policías, jugando al engaño, y peleando por el control económico de Colombia, en por lo menos 3 de sus 4 Estados.
Sin embargo, en Venezuela sigue habiendo apátridas, alienados o desclasados, que empiezan a soñar en Bogotá como destino, o como centro de poder, entre los cuales se encuentran unos cuántos miembros del comando de campaña de Capriles. No debemos olvidar la reunión de Leopoldo López como precandidato y Álvaro Uribe el 15 de diciembre de 2011 y el apoyo que en términos de experiencia de “seguridad” acordaron, afirmando que “un interés mutuo” los convocó, o ¿va a desconocer Capriles también a Leopoldo y su influencia en el entorno de su campaña?
Venezuela espera, como hermana siamesa de Colombia, que su pueblo un día despierte del letargo histórico en el que se ha quedado, y se una al avanzar de la historia, como un solo Estado.