EFE).- La expropiación por Argentina del 51 por ciento del capital de la petrolera YPF, propiedad de la multinacional española Repsol, obedece al mismo modelo empleado por Hugo Chávez en Venezuela, y causa un gran daño a América Latina en general.
Así opina el premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, quien en un artículo publicado hoy en “El País” considera que la medida adoptada por la presidenta Cristina Fernándezbusca distraer a los argentinos “de los graves problemas sociales y económicos que les afectan con una pasajera borrachera de patrioterismo nacionalista”.
Afirma Vargas Llosa bajo el titular “La guerra perdida”, que la expropiación ha traído a Argentina “muchos más perjuicios que beneficios y agravado la crisis provocada por una política populista y demagógica que va acercándolo al abismo”.
El escritor peruano constata que “las semejanzas de lo ocurrido a Repsol en Buenos Aires con los métodos de que se ha valido el comandante Hugo Chávez en Venezuela para nacionalizar empresas agrícolas e industriales son tan grandes que parecen obedecer al mismo modelo”.
Esto es, “primero someterlas a un hostigamiento sistemático que les impida operar con normalidad y las vaya empobreciendo y arruinando y, luego, cuando las tenga ya con la soga al cuello, quedarse con ellas a precio de saldo”.
Para Vargas Llosa, Repsol es “el nuevo enemigo que la jefa del Estado argentino lanza a las masas peronistas como ominoso responsable de los males que padece el país (en este caso, el desabastecimiento energético)” y dice que son “mínimas victorias en una guerra perdida sin remedio”.
El escritor culpa de todos los males que padece Argentina al peronismo, “con su confusa ideología donde se mezclan las más contradictorias aportaciones, el nacionalismo, el marxismo, el fascismo, el populismo, el caudillismo y prácticamente todos los ismos que han hecho de América Latina el continente pobre y atrasado que es”.
Y señala que “lo peor” de la expropiación a Repsol es el daño que la medida ha causado a toda América Latina, “sembrando la desconfianza de los inversores” en la región.