Incógnita resuelta. A este Atlético no le tiemblan las piernas. Disipó las dudas que podían existir alrededor de su capacidad de respuesta ante la presión que supone liderarla Liga. Yno sólo eso, sino que lanzó una 'granada' al campeonato con un triunfo que valió algo más que tres puntos atendiendo al pinchazo del Real Madrid en el Sánchez Pizjuán y que fue celebrado a lo grande por el Calderón.
El Atlético imitó ante el Granada la fórmula con la que viene llevándose los últimos encuentros. El choque fue una réplica exacta de los jugados ante Celta, Espanyol y Betis. Un triunfo, sin goles en contra, que se maduró en la segunda mitad después de un primer tiempo menos eficaz. Como casi siempre, Diego Costa volvió a ser el encargado del gol.
Pero su respuesta a la presión del liderato no fue la única incógnita que se encargó de disipar el Atleti en una noche perfecta. También liquidó la insistente teoría de que se desharán físicamente en esta recta final. Lo hizo con una intervención de Diego Costa de esas que son más efectivas que cualquier diatriba sobre el estado real del equipo. El goleador se pegó una escandalosa galopada a los 21 minutos desde el área contraria para lanzarse al suelo en el costado de la propia y evitar que Riki pusiera en el punto de penalti un pase con muy mala intención. Una acción con la que el hispano brasileño reforzaría su condición de mejor futbolista atlético sobre el campo durante los primeros 45 minutos. Y no tanto por sus remates, sino por esa condición de jugón en la que también es capaz de desenvolverse.
Primero, a los nueve minutos, el '19' hizo una apertura a banda que nadie esperaba y que Juanfran transformó en una asistencia a Villa que el asturiano a punto estuvo de culminar de tacón en lo que hubiese sido un golazo. Después, balón a Arda para que el turco rozase el acierto.
Éstas fueron las ocasiones más claras del Atlético durante un primer tiempo en el que fueron dueños absolutos de una pelota que no supieron mover con eficacia. Con Gabi en la sala de máquinas, los del Cholo trataron de encontrar filtraciones en la muralla levantada por el Granada. No hubo manera. Sobró orden en los visitantes y faltó fútbol en los locales. Sólo la encontraron, cómo no, en una jugada ensayada que acabó en gol anulado de Tiago por falta previa -existió- deGodín sobre un zaguero del cuadro andaluz.
Esa carga total sobre la meta de Roberto derivó en un par de sustos del tímido cuadro visitante. Uno tras robarle la 'cartera' a Tiago en la medular; el otro, en una contra en la que Brahimi obligó a Courtois a estirarse por primera y única vez.
Los cambios, claves
El empate no alteró los biorritmos de uno y otro equipo tras el descanso. Si bien, conforme pasaron los minutos, Simeone empezó a madurar un plan 'B' y el Atlético agravó su asedio.
Ambos movimientos dieron resultado. Uno del Cholo fue clave. El 'Principito' Sosa entró en acción para tomar el relevo de Gabi a la hora de botar los saques de esquina. Dio resultado. El segundo que pateó acabó en la testa de Diego Costa para batir a Roberto. Un gol que Diego Ribas ya celebró sobre el terreno de juego. Una ventaja que el Atleti nunca vio peligrar y que no se empeñó en aumentar. El Calderón, impenetrable
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