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sábado, 30 de abril de 2016

Pemex pidió USD 10.000 millones al gobierno Mexicano

Pemex espera recibir 10.000 millones de dólares del Gobierno este mismo año tras el acuerdo en las pensiones. El FMI y la agencia de calificación Moody’s han colocado en su diana la deuda pública mexicana. 
La piedra de toque es la complicada gestión de la formidable crisis de Pemex. El descarrilamiento de la petrolera estatal, que acumula las peores pérdidas de su historia y se ha cobrado la cabeza de su anterior director general, ha forzado al Gobierno a salir al rescate.
4.200 millones es la cifra ya anunciada que servirá como inyección para recapitalizar la compañía , hay que sumar la parte de su gigantesco pasivo laboral que el Ejecutivo mexicano se comprometió a asumir tras un acuerdo con el poderoso sindicato petrolero.
Solo este año la cifra podría llegar a los 10.000 millones de dólares. Ese es el dinero que Pemex espera recibir en su balance antes de diciembre, según anunció este jueves el director de Finanzas, Juan Pablo Newman, en la conferencia con analistas posterior a la presentación de resultados. La compañía ha vuelto a presentar números rojos, y van 14 trimestres consecutivos. El único consuelo es que al menos, el derrape de los tres primeros meses del año -3.500 millones- es considerablemente menor, un 38%, al del mismo periodo del año pasado.
Con una reforma energética descafeinada por un precio del barril en horas bajas, la producción y los ingresos prologaron su depresión. El motivo fundamental de un descenso menor de los beneficios es un alivio sustancial de la carga impositiva. En su época de esplendor, Petroleros Mexicanos ha sido una de las mayores fuentes de ingresos para el Estado, que ha llegado a esquilmar hasta el 70% de los beneficios de la compañía, muy por encima de sus homólogas en Brasil o en Venezuela.
Ante la asfixiante situación financiera de la empresa, el Gobierno decidió rebajar la presión fiscal como parte del paquete de ayudas presentado en abril. Pemex pagó durante este trimestre 600.000 dólares, un 35% que el mismo periodo del año anterior. A cambio del rescate, la petrolera se comprometió a ejecutar un recorte de 5.500 millones de dólares, que significarán despidos en la plantilla. Ya con el nuevo director general al frente, José Antonio González Anaya, el ajuste ha logrado una rebaja trimestral en los costes de ventas (16%), gastos de administración (6%) y gastos financieros (21%).
La partida que no ha dejado de engordar ha sido la deuda, que ha crecido otro 3% y alcanza una pantagruélica bolsa de cerca de 200.000 millones de dólares, de los que casi la mitad corresponden a pagos de salarios y pensiones. Parte de esa grande carga será progresivamente traspasada a los hombros del Gobierno, tras un acuerdo que tenía como contraparte una reforma del sistema de pensiones de la empresa, del que paradójicamente quedan fuera los cerca de 100.000 pensionistas petroleros. La edad de jubilación de los nuevos trabajadores pasa de los 55 a los 60 años y el sistema de aportaciones cambia también a un modelo mixto a cargo tanto de los trabajadores como de la empresa. A cambio, el Gobierno asumirá parte de ese pasivo, que inevitablemente engordará a su vez la deuda pública mexicana.AGENCIA