Wall Street cierra con broche de oro un año, el 2013, en el que logró remontarse a los niveles previos a la crisis de 2008 y rubricar más de medio centenar de plusmarcas históricas impulsadas, en buena medida, por una agresiva política monetaria expansiva que la Reserva Federal empieza ahora a suavizar.
Cinco años tuvieron que pasar para que la principal referencia del parqué neoyorquino, el Dow Jones de Industriales, coronara por fin un nuevo récord histórico y superar los 14.165 puntos en los que había cerrado el 9 de octubre de 2007, poco antes de que estallara la crisis provocada por las hipotecas basura.
Fue el pasado 5 de marzo cuando el Dow superó los 14.200 puntos y arrancó una escalada sin precedentes: en mayo dejó atrás los 15.000 y en noviembre fulminó los 16.000, diez meses en los que firmó más de veinte récords, el último el 19 de diciembre al rozar los 16.200, y terminar el año con una revalorización de casi un 24 por ciento.
Un día antes el selectivo S&P 500, el preferido de los tiburones de Wall Street, firmó una nueva página de su historia al establecer su cuadragésimo récord del año en 1.810,65 puntos, todo un festival de plusmarcas en otro de los indicadores de referencia en Nueva York que en estos doce meses logró subir más de un 25 por ciento.
Los operadores del parqué neoyorquino no olvidarán fácilmente el mes de noviembre. El día 21 el Dow Jones de Industriales conquistó por primera vez en su historia los 16.000 puntos, apenas seis meses después de haber escalado hasta los 15.000, y un día más tarde el S&P 500 coronó los 1.800.
También en noviembre fue el turno del tecnológico Nasdaq, que terminará el 2013 con un ascenso del orden del 35 por ciento y que el día 26 superó por primera vez los 4.000 puntos, aunque lejos aún de su máximo histórico del año 2000, cuando en pleno "boom" de las empresas "puntocom" se aupó por encima de los 5.000 puntos.
La segunda mitad del año fue especialmente prolija en récords y máximos históricos, una suerte de "tormenta perfecta" producto de la combinación de una mejora sustancial de los indicadores económicos, de una tanda de resultados trimestrales mejor de lo previsto y el torrente de estímulos monetarios de la Reserva Federal.
Esa friolera de 85.000 millones de dólares al mes que la Fed inyecta a la primera economía del mundo para ayudar a impulsar la recuperación y que después de varios meses de especulaciones que tuvieron en vilo a los mercados acaba de anunciar que empezará a suavizar a partir de enero.
El 2013 será también otro año de récords en cuanto a salidas a bolsa, con más de 220 nuevas empresas cotizando en Wall Street, un 72 por ciento más que hace un año y en niveles que no se veían desde hace una década, que lograron recaudar con sus OPV unos 54.600 millones de dólares, casi un 29 por ciento más que en 2012.
El podio de honor lo encabezaron la firma energética Plains GP, que captó unos 2.900 millones de dólares, por delante de la cadena de hoteles Hilton, con casi 2.400 millones, y el fabricante de medicamentos para animales Zoetis, con más de 2.200 millones, según datos recogidos por la firma especializada Renaissance Capital.
Un año, el 2013, que tampoco olvidarán algunos pesos pesados de Wall Street como el legendario Carl Icahn, cuyo portafolio se ha revalorizado un 150 por ciento, o Jamie Dimon, el todopoderoso banquero al que le sacaron los colores después de que JPMorgan Chase tuviera que pagar una multa de 13.000 millones de dólares.
Doce meses de muchas luces, y también alguna sombras, en los que Wall Street volvió a sacar pecho después de las vacas flacas de los últimos tiempos y que se prepara ya para recibir el nuevo año con la pregunta del millón, y es si en el 2014 se cumplirá la máxima que dice que "después de los años buenos vienen años mejores". EFE