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martes, 4 de marzo de 2014

Diego Costa llega en paz

“Es un tío de equipo, de mirada noble, simpático”, dicen en el cuerpo técnico de la selección sobre el primer día de Diego Costa en el grupo español. Con la mirada baja, levantándola con timidez, consciente de que era el personaje del día en la selección, el goleador del Atlético se presentó en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas escoltado por Koke y Juanfran. Novato en esas llegadas, donde la prensa aborda a los jugadores según aparecen, Costa no sabía sí debía pararse o no ante los micrófonos y las grabadoras. Al final, siguió el rebufo de sus compañeros de equipo y desapareció por la puerta de la residencia, donde fue recibido por el cuerpo técnico de la selección. Poco después llegó Sergio Ramos, que confirmó la paz con la que Costa llega a la selección pese a hacerlo el día después de un derbi duro, de pierna fuerte, en el que protagonizó varios lances con el propio central blanco en los que ninguno escatimó virilidad en sus encuentros.
El volcánico derbi del domingo, a diferencia de aquella tormenta de clásicos que dejó imágenes muy duras, finalizó entre abrazos, muchos de ellos protagonizados por Costa. Las imágenes finales mostraron a jugadores de uno y otro equipo saludándose y dialogando tras un partido con exceso de revoluciones y, por momentos, muy bronco.Al término del partido de Liga de la primera vuelta celebrado en el Bernabéu, cuando Costa aún no había oficializado que jugaría para España, Ramos le aseguró que no tendría ningún problema si aceptaba jugar para La Roja. Ni en la ida de las semifinales de la Copa, ni en este último derbi han esquivado el choque o ha aminorado la intensidad en sus enfrentamientos directos, pero han intentado que entre ellos no hubiera marrullerías.La semana pasada, Costa había descrito sus combates con el defensa madridista restringiéndolos a ese viejo código gremial de que todo termina cuando acaba el partido. “Él me pega y yo le pego, pero todo se queda en el campo”, dijo. “Bien matizado”, respondió ayer Ramos: “No hay ningún problema, creo que eso forma parte de nuestro deporte, estamos para defender nuestros intereses, el fútbol es para unir, no separar. Somos compañeros de selección y lo que defendamos en el terreno se debe quedar ahí. El fútbol es para listos, ahora somos compañeros y se requiere otro trato. En momentos puntuales hay que ser más precavidos”, abundó. “Todos somos conscientes de que cuando el árbitro pita hay que olvidarse de lo que ha sucedido en el campo”, dice un internacional. Hay un punto de conexión entre Sergio Ramos y Diego Costa, que llevó al primero, pese a algunos episodios duros y groseros entre ellos, a tranquilizarle respecto a su posible llegada a la selección. Ramos terminó viendo en Costa a un rival que no se arredraba y cuya agresividad se limitaba a lo que duraban los partidos.
Sin embargo, esta vez el cuerpo técnico de la selección no ha tenido que intervenir como sucedió en aquellos enfrentamientos entre los jugadores del Madrid y del Barça. “Entonces sí intervinimos, pero con prudencia. Les advertimos de que hay cosas que no se pueden hacer porque perjudican el ambiente del grupo”, aseguran en el cuerpo técnico. Pisotones sin balón, como el de Arbeloa al propio Costa en la ida de la Copa, son esa clase de gestos que los seleccionadores no quieren ver entre sus internacionales porque vician e inflaman el ambiente como sucedió en el maratón de clásicos.
Ya en el entrenamiento de la tarde, Del Bosque le alineó en un hipotético once titular que se medirá a Italia mañana en el Vicente Calderón (22.00). Hay en la llamada de Costa dos puntos que a Del Bosque le convencen sobremanera. Por un lado, la energía que dice que transmite su juego al resto de compañeros; por otro, la profundidad que últimamente no ha encontrado el juego combinativo de La Roja.La única advertencia que ha hecho Del Bosque respecto a la llegada de Costa la hizo nada más saber su decisión. Fue un aviso para navegantes. “Esto no es un coto cerrado de los jugadores”, advirtió cuando le preguntaron por las posibles reticencias que podía generar su presencia entre algunos futbolistas que pudieran ver amenazada su presencia en la selección. “Diego es un buen tipo y eso le ayuda a integrarse. Ha tenido mucho cariño por parte de todos”, asegura un testigo cercano a ese primer día del hispanobrasileño, en el que ya posó con la camiseta de la selección y participó de los rodajes publicitarios con los patrocinadores. En el grupo manejan hace tiempo la información de que Costa es un tipo risueño, bromista y generador de buenos ambientes.

EL PAID