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domingo, 6 de mayo de 2012

Autoridades señalan que las zonas donde hay más hechos delictivos son cercanos a las ventas de licor


AVN.- Para disminuir los índices de inseguridad en el estado Trujillo, las autoridades han diseñado una estrategia con tres elementos fundamentales: el plan desarme como uno de los factores para terminar con la violencia, la batalla contra el tráfico y microtráfico de drogas, que es epicentro del delito, y las ventas clandestinas de licor.
Con relación a este último punto, las autoridades regionales han determinado que en la región, los problemas de seguridad están estrechamente vinculados a la venta ilegal de bebidas alcohólicas, por lo que ha sido fundamental el trabajo articulado con la Oficina Nacional Antidrogas (ONA) y las alcaldías.
El director de política y seguridad ciudadana de la entidad, Rubén Pérez, informó que “el espacio comprendido en un radio de 50 a 100 metros de las ventas de licor, son zonas donde ocurren mayor incidencia de hechos delictivos, problemas callejeros, riñas y tiroteos”.
Además de esto, para fortalecer la seguridad pública, Pérez considera clave atacar lo que denomina “la madre de todos los delitos”, el tráfico de drogas, porque “aglutina compra de armas ilegales, crimen organizado e intercambio de bienes hurtados”.

Plan desarme

En Trujillo los diferentes cuerpos de seguridad y orden público han logrado incautar 1.740 armas de fuego a través del Plan Desarme, que se ha extendido durante más de 40 meses de trabajo de inteligencia y despliegue en las calles.
Las armas han sido incautadas a personas que, en la mayoría de los casos, están inmersas en delitos como homicidio y robo.
“En lo que va de 2012 se han logrado recuperar 140 armas que son entregadas al CICPC (Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas). Es importante destacar que no sólo la Fapet participa, pues todos los organismos de seguridad agrupados en el Comando Unificado han recuperado armas“, dijo Pérez.
El desarme no sólo se efectúa en las calles trujillanas, sino en los recintos carcelarios, donde los custodios penitenciarios juegan un papel fundamental.

En cifras

Unas 50 armas ilegales son recuperadas mensualmente a través de la acción de más de 5.000 funcionarios los cuerpos de seguridad en Trujillo, esto contrasta con las 20 armas que se recuperaban antes de la llegada de la revolución.
“Durante los gobierno del pasado, el promedio de recuperación de armamento llegaba a 250 anuales, pero actualmente incautamos más de 570 armas al año”, afirmó Pérez.
De acuerdo a estas cifras, en el 2009 se lograron incautar 570 armas, en 2010 unas 590 y para 2011 se recuperaron 490. De continuar esta tendencia, para este año aspiran superar las expectativas.
Con relación a la lucha contra el tráfico y microtráfico de drogas, cita el trabajo de la Guardia Nacional Bolivariana, cuyos funcionarios han incautado un poco más de cuatro toneladas de droga en los últimos tres años, en los puntos de control más importantes del estado como Buena Vista y Agua Viva.
En lo que atañe a bandas dedicas al microtráfico, se ha logrado desmantelar 170 organizaciones delictivas en los últimos años.
Las estadísticas van de la mano con la capacitación y formación de un funcionario policial apegado a los valores socialistas, para lo cual la revolución ha formado en el estado más de 2.000 nuevos policías, cuyos preceptos hacen hincapié en una formación apegada a los derechos humanos.

Mayor seguridad

Trujillo es una de las entidades territoriales donde existen bajos índices de inseguridad, en comparación con estados como Miranda, Zulia o Lara. Para Rubén Pérez, esto tiene que ver con la voluntad de trabajo de las autoridades y la coordinación con el gobierno nacional.
“Trujillo es un estado piloto dados los logros que hemos obtenido. Cuando llegamos al estado existía una cobertura de 600 policías, pero ahora tenemos 2.500 funcionarios desplegados”, expresó Pérez, quien agregó que más de 400 efectivos están en formación de acuerdo al nuevo .
A esto se le suma una política de dignificación laboral y una formación ética y moral más acorde con el proyecto socialista que se construye en el país.
También Pérez afirma que la mejor política de seguridad es la que trabaja en conjunto con la inversión social, como las misiones, pues “se debe trabajar en la parte reactiva pero también de la mano con la inclusión social”.
Ante los resultados mostrados por Trujillo, el Consejo Nacional de Policía ha anunciado que el estado será piloto para el arranque de la Policía Nacional Bolivariana. Con esta medida, las autoridades esperan dar saltos importantes en cuanto a seguridad pública y compenetración con las comunidades organizadas.