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viernes, 12 de diciembre de 2014

LVL: “No hay ninguna posibilidad de salir de la crisis sin asumir los costos económicos”

 El presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, señaló que “las acciones económicas indispensables para enfrentar la crisis no son populares y su aplicación tendría costos políticos relevantes“.
Así lo dio a conocer a través de su cuenta en la red social Twitter, @luisvicenteleon, cuando escribió: “Las barreras para adoptar medidas claves cómo la devaluación o el incremento de la gasolina tienen que ver con el costo político asociado“.
Sostuvo que la población tiene una posición dual: “Quieren cambios en el modelo, pero ninguno que le represente costos personales. Eso es un imposible”.
“No es fácil explicar a la gente que para salir de la crisis que la agobia, deben adoptarse medidas que, a corto plazo, podrían agobiarla más. No hay absolutamente ninguna posibilidad de salir de la crisis sin asumir costos económicos y políticos vinculados a la estrategia de salida”, añadió.
“¿Es inteligente evadir medidas de ajuste por qué no son populares? Igual que evadir una operación vital porque el paciente teme al dolor“, se preguntó al tiempo que apuntó que en la medida en que el Gobierno “demoró la toma de medidas económicas racionales, ahora se encuentra entrampado por el incremento de costos para hacerlo“.
Manifestó que la aprobación moderada al incremento de la gasolina que “se tenía a principios de año se revirtió. Hoy tiene rechazo mayoritario. La devaluación es vista en negativo por 8 de cada 10 venezolanos. Mientras que es vista como indispensable por la mayoría de los especialistas“.
Expresó, además, que “no es posible ahora mismo tomar decisiones en función de su popularidad, sino de su capacidad para resolver los desequilibrios. No es cierto que el Gobierno no entiende lo que debe hacer. Lo cierto es que no ha encontrado cómo hacerlo sin costo: porque no existe“.
“Es evidente que el Gobierno no tiene en este momento el soporte popular ni el nivel de confianza adecuado para abordar los ajustes racionales. Pero no adoptar medidas por miedo a los costos políticos que acarrearán, solo los ubica en un plano peor de riesgo e inestabilidad”, precisó.
El también economista cuestionó “¿cuáles son las opciones del Gobierno para enfrentar la crisis?”, a lo que respondió: “El ajuste encubierto, la radicalización y hacerse el muertico“.
Igualmente, esgrimió que no hay ningún escenario económico “óptimo esperado en 2015, pero el ajuste encubierto es el menos malo. El ajuste encubierto consiste en adoptar medidas económicas racionales (costosas) tratando de que la gente no se de mucha cuenta”.
“La clave del ajuste encubierto es una devaluación implícita. Se mueve el cambio desplazando sectores a tasa altas y se legaliza el paralelo“, sumó.

“Las medidas menos costosas del ajuste encubierto es el aumento de producción petrolera”

Luis Vicente León aseguró que “las medidas menos costosas del ajuste encubierto es el aumento de producción petrolera, venta de activos externos y reducción de apoyos internacionales”.
“¿La medida que no puede maquillarse? El aumento de la gasolina, pero eso hace improbable que el aumento sea pleno a costo de oportunidad. ¿En qué consiste un escenario de radicalización? Ante el miedo a los costos político de ser racionales, el Gobierno decide comunizar la economía“, englobó.
Del mismo modo, explicó que la tesis de los radicales “es que no hace falta devaluar ni ajustar precios si el Gobierno controlara el 100% de las importaciones. La radicalizacion plantea convertir al país en una economía de trueque entre los dólares de Pdvsa y la importaciones de bienes sin pasar por privados”.
“En un escenario radical los privados se convierten en distribuidores (eunucos) de las importaciones públicas y outsourcing del Gobierno. Si consideramos que un millón de dólares de importaciones privadas produce 4 veces lo que importa el Gobierno con lo mismo, radicalizar es el barranco. En el escenario de radicalización, la agitación sindical y comunal vendrá hiperestimulada por el Gobierno para controlar las empresas“, determinó.
Subrayó que “el último (y más improbable) escenario es que el Gobierno se haga el muertico y trate de pasar el año sin ninguna acción de cambio. Tratar de pasar agachados sin tomar decisiones de cambio (racionales o radicales) terminaría por agotar reservas y paciencia