Lo Último

.

.

domingo, 8 de abril de 2012

JVR: Chávez mantuvo la serenidad el 11 de Abril. Demostró sangre fría, control y coraje

AVN.- El periodista José Vicente Rangel, quien fue ministro de la Defensa cuando ocurrió el golpe de estado de abril de 2002, destacó que la lealtad al presidente Hugo Chávez fue el factor que logró revertir la acción golpista de sectores de la oposición.

En una entrevista con el diario Últimas Noticias, publicada este domingo, a propósito de conmemorarse 10 años del 11 de abril de 2002, Rangel destacó que en los sucesos de ese día hubo traidores, pero también “gente que se mantuvo al lado del Presidente, que fue determinante para que pocas horas después se desplomara esa aventura”.

Rangel rememoró las acciones iniciales del golpe de Estado, como el cambio del rumbo de la marcha opositora a Miraflores, la cual, a juicio del periodista, fue algo planificado

Destacó el hecho de que mucha gente incauta participó en esta marcha organizada por la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), Fedecámaras, Gente del petróleo y los medios de comunicación, “porque no se les dijo con claridad qué iba a hacer la gente reunida”.

Recordó que por cuenta propia llamó a los directivos de las plantas televisoras, para advertirles que la sugerencia directa de ir a al Palacio de gobierno era muy peligrosa, “les dije que tomaran en cuenta la paz del país. Me dijeron que la información estaba planteada, que tenían que informar; les dije que podían hacerlo, pero que había un problema de orden público y la situación se podía tornar sumamente grave”.

Indicó que también se comunicó con varios jerarcas de la Iglesia Católica para que intercedieran de alguna manera, para bajar las tensiones del conflicto, “pero realmente no había ninguna disposición de evitar la confrontación”.

La actitud de los medios se radicalizó cuando el presidente Chávez decidió hablarle al país, en el medio de la crisis orquestada por las derecha, y éstos decidieron partir la pantalla- con el propósito de difundir las informaciones que respondían a la agenda opositora-. “Aquello evidenciaba que estábamos en una confrontación abierta”, explicó Rangel.

Sostiene que en aquella oportunidad no se advirtió la “capacidad de movilización que tiene el odio”.
Señaló que muchos de ellos no estaban dispuestos a participar en una confrontación, lo que se evidenció cuando la marcha llegó a Miraflores y su volumen era mucho menor al que tenía inicialmente.

“Uno se tiene que preguntar por qué se reunió esa gente para asumir esa actitud y menos de 48 horas después toda esa estructura de gobierno de facto que se montó se desplomó y no hubo una sola persona que saliera en defensa de (Pedro) Carmona y el golpe”, indicó.

Lealtad

Para José Vicente Rangel, antes de que se produjera el golpe de Estado del 11 de abril de 2002, el Gobierno Nacional no había vislumbrado la falta de lealtad de algunos oficiales del alto mando de las Fuerzas Armadas.

Señaló que el avance de la ofensiva golpista pudo ser confirmada luego de que los tanques del batallón Ayala, a los que se les había ordenado que salieran a resguardar Miraflores, se devolvieran; y cuando el batallón de la infantería de Marina, que iba a subir a Caracas, con propósitos similares, tampoco cumplió la tarea.

Bajo su posición como ministro de la Defensa interpretó estos hechos “como una señal de que había un pronunciamiento militar, cuyas características no se conocían suficientemente”.
Explicó que cuando hubo certeza de que el golpe era imparable, se produjo la adhesión de comandantes de batallones, de oficiales que estaban al frente de tropas.

Recordó que el general Cliver Alcalá, que para entonces era comandante de la unidad de tanques del Fuerte Mara, llamó al Jefe de Estado y le dijo: “Presidente, está en marcha el golpe, quiero que me autorice a movilizar la unidad de tanques para tomar Maracaibo”.

A lo que el mandatario respondió: “Cliver, agradezco tu lealtad, pero no es el momento de reaccionar de esa manera. Vamos a esperar el desarrollo de los acontecimientos”.

Serenidad

José Vicente Rangel destacó que pudo ser testigo de la serenidad que demostró el presidente Chávez el 11 de abril, frente a las amenazas de los disidentes, que incluían el bombardeo al Palacio de Miraflores.

“Debo decir que él mantuvo la serenidad en todo momento y dio instrucciones a sus partidarios, tanto en el ámbito militar como en el civil, para que se mantuvieran a la expectativa, sin caer en provocaciones”, manifestó en la entrevista con el rotativo.

“Pude constatar allí la capacidad de liderazgo del presidente Chávez- agregó Rangel-, El hombre, a quien se percibe como vehemente, apasionado, demuestra suficiente sangre fría y control sobre sí mismo para encarar situaciones de crisis”.

Inclusó relató que tras sostener una conversación telefónica con el líder cubano, Fidel Castro, quien le recomendó no sacrificarse, porque la historia no terminaba ese día, el presidente Chávez manifestó: “He decidido ir a Fuerte Tiuna, a encarar a los golpistas… quiero verles la cara a los traidores y ver qué van a hacer”.

“En esas circunstancias, Chávez demostró un inmenso coraje“, relata Rangel, quien sostiene que con esta acción el presidente logró introducir una contradicción que permitió horadar la aventura golpista.