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viernes, 2 de mayo de 2014

Financian grupos armados con contrabando de marfil y diamantes


El comercio ilícito de diamantes y marfil de elefantes sirve para financiar los diferentes grupos armados en Centroafrica, país sumido en un conflicto sin precedentes desde hace más de un año, afirmó una ONG estadounidense Enough Project, en informe enviado a la AFP el viernes. 
Financian grupos armados con contrabando de marfil y diamantes
"Cuando la alianza rebelde Seleka se apoderó de la capital en marzo de 2013, estaba apoyada por mercenarios y cazadores furtivos fuertemente armados y bien entrenados de Chad y Sudán, algunos de los cuales pertenecían a las milicias llamadas yanyawid apoyadas por el gobierno sudanés", indica el autor del informe, el investigador Kasper Agger. 

"Los rebeldes Seleka y los combatientes extranjeros realizaron saqueos e hicieron tráfico de diamantes y de marfil para pagar armas, combustible, alimentos y a sus soldados", agregó Agger. 

Los ex-Seleka "utilizan la violencia y las amenazas contra la población local" para enriquecerse con la explotación de diamantes, y "gracias a la explotación minera forzada, el robo y las compras a bajo precio a comerciantes locales", afirmó. 

Paralelamente, según el investigador, las milicias en su mayoría compuestas por cristianos anti-balaka que combaten a los ex-Seleka, musulmanes en su mayoría, "saquearon y mataron a miembros de la comunidad musulmana para tomar el control de las zonas ricas en diamantes del oeste de Centroáfrica". 

Luego de la toma del poder en Bangui por los Seleka, Centroafrica fue suspendida en mayo de 2013 del Proceso de Kimberley, régimen internacional de certificación tendiente a impedir que los diamantes puedan servir para financiar conflictos. 

Antes del conflicto, el diamante daba de que vivir a un cuarto de la población de Centroafrica y aseguraba beneficios claves en la exportación. 

La violencia entre comunidades, en particular cristianos y musulmanes, ha causado miles de muertos y cerca de 1,5 millones de desplazados en Centroafrica, donde la violencia sigue pese a la presencia de fuerzas internacionales. AFP