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lunes, 1 de junio de 2015

TEATRO: CICLO “MATRIA” DE JOSÉ TOMÁS ANGOLA HEREDIA


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         Matria es un Metadrama concebido y escrito por José Tomás Angola Heredia, en trance de creación desde 2006. La estructura se compone de una sucesión de 100 obras independientes entre sí, monólogos en voz femenina, que puestos en conjunto forman una cosmogonía de la venezolanidad.
Un discurso que replantea el pasado y el presente a través de los ojos de las mujeres. Mujeres de diferentes tiempos, realidades sociales, culturales, políticas, que nos ofrecen respuestas para el vacío que tenemos en la percepción del ser nacional. Es una empresa única e inédita en el teatro venezolano ya que jamás se había emprendido la ambiciosa labor de recoger la voz femenina en los diferentes roles de la historia para construir una nueva visión de lo que somos como nación.
Los Monólogos no pretenden ser ni son clases de historia. Son obras de ficción escritas bajo la inspiración de eventos y personajes reales, pero con la licencia absoluta de la reinterpretación, la reinvención y el cambio de los hechos para fines artísticos y dramáticos.
El término Matria ha sido empleado desde la antigüedad helénica. En la Grecia clásica la expresión se acuñó para referirse al espacio telúrico del nacimiento y la heredad.
Virginia Wolf en su emblemático ensayo de 1938, “Three Guineas”, habla del Motherland para enfrentarlo al concepto de Fatherland. La expresión le sirvió para retar ambos universos semánticos y simbólicos. En ese trabajo, Wolf escribió la famosa sentencia: "As a woman, I have no country".
En la cultura hispanoamericana Miguel de Unamuno empleó la misma idea para referirse a la patria chica. Para el gran pensador hispano, si España era la Patria, el País Vasco era la Matria.
En Venezuela el Dr. Luis Villalba Villalba, eminente jurisconsulto y ensayista, decano de la  Facultad de Derecho,  de la Universidad Central de Venezuela e Individuo de Número de la Academia de Ciencias Políticas se valió de esa palabra en su discurso de incorporación al Consejo General de La Casa de Bello (1996) para definir un sentir sobre el país desde la realidad de la mujer.
En la dramaturgia venezolana, el descubrimiento de la identidad, de la esencia nacional, se ha asumido a partir de una sesgada posición masculina.  Pero no sólo en el teatro ha ocurrido. La historiografía nativa está acometida desde la gesta de los héroes y allí la presencia del hombre es absoluta.  En ningún recodo de la historia oficial la mujer es la protagonista. Al menos ese es el prejuicio dominante.
      LO FEMENINO: RESORTE SOCIAL Y CULTURAL DE LA SOCIEDAD
En  América Latina,  lo femenino  es el verdadero resorte social y cultural de la sociedad. Las cargas del hogar, por la estructura familiar imperante, terminan siendo compromisos de la mujer y es por eso que los principios más importantes en el proceso de socialización de los hijos sean los valores femeninos transmitidos: Los fuertes lazos consanguíneos, la responsabilidad, el trabajo como motor del desarrollo, el valor de la vida, la tolerancia y la comprensión.
Tres de los Monólogos del proyecto ya se habían presentado anteriormente como lecturas dramatizadas en escenarios como el CELARG (2007), la Sala Cabrujas en el marco del Festival de Lectura de Chacao (2013), y en el Teatro Santa Fe (2013). Fueron leídos entonces por Julie Restifo, Rebeca Alemán y Abril Schreiber (2007) y Aymara Lorenzo, Diana Carolina Ruíz y Florángel Quintana (2013), dirigidas entonces por Iraida Tapias. Pero esta vez será su Estreno definitivo, pues es la primera ocasión en que se escenificarán en un montaje integral las 4 obras finalizadas.
                    LOS MONÓLOGOS, UNO POR UNO
Las piezas que se estrenarán en junio son: Yo soy la Carreño: (El duelo del reconocimiento del talento). Protagonizado por Teresa Carreño, la gran pianista de Venezuela. Admirada por Liszt y Brahms, paseó su talento por los escenarios europeos que pertenecían en ese tiempo sólo a los hombres. Trabajado el texto desde la relación con Eugen D’albert, su famoso marido también pianista, se deconstruye  el dilema que tuvo que enfrentar la Carreño entre ser una artista o una mujer, términos en su tiempo en franca oposición.
Teresa Carreño fue la máxima artista del piano en Venezuela y Latinoamérica. Se codeó con los más grandes. Su talento fue admirado por los mayores genios del siglo XIX. Nació en Caracas, en 1853, y murió en Nueva York en 1917. Su arte fue aplaudido desde Abraham Lincoln hasta los reyes de Europa. Ignace Jan Paderewski, Walter Damrosch. Mischa Elman, Walter Rothwell, Franz Kneisel. Ernest Hutchenson y Charles Steinway, grandes figuras de la música mundial, cargaron su féretro en el entierro. 
Protagoniza: CATHERINA CARDOZO
Al piano y como Eugen D’Albert: ENRIQUE BRAVO. 
Ángeles(El amor a Dios, la trascendencia y la fe): Sor María de los Ángeles, religiosa de vida un tanto brumosa  y que está considerada como la primera poetisa del país, a principios del siglo XIX. A través de su voz se reinterpreta el tema de la fe, la relación con Dios, la soledad y lo que entendemos es el amor divino, en una lectura en donde se reflexiona sobre las ideas del pecado, el castigo, el perdón o el dolor.
Sor María de los Ángeles nació en Coro hacia 1770 y murió en Caracas en 1818. Se llamaba María Josefa Paz del Castillo antes de ingresar, en 1795, al Convento de las Reverendas Carmelitas de Caracas, donde llevó una existencia de claustro. En 1812 escribió dos  poemas inspirados en el terrible terremoto ocurrido ese año,  “Anhelos” y “El terremoto”, que son las únicas obras que nos han llegado de ella. “Anhelos” sólo vio la luz de la imprenta en 1892 pero desde entonces está reconocida como la primera creación poética que se conozca, escrita por una mujer en el país. Es por ello que a Sor María de los Ángeles le cabe el honor de ser la poetisa originaria de nuestras letras… aunque hoy nadie la recuerde. 
Protagoniza: CLAUDIA NIETO
Vientre de tierra seca: (La madre como heroína). Presentando a Luisa Cáceres, la joven esposa del General Juan Bautista Arismendi, quien en 1815 debió pagar cárcel como rehén de los españoles para presionar a su esposo a que depusiera las armas. En su celda dio a luz a una hija que murió. El sacrificio y la heroicidad como frutos del amor maternal, y lejos de la visión que reduce a los próceres a simples personalidades militares.
Luisa Cáceres nació en Caracas en 1799. Se casó con apenas quince años de edad con el general Juan Bautista Arismendi, de quien fue su segunda esposa. Su familia había huido a Margarita con la dramática emigración a Oriente de 1814. Al año siguiente fue apresada por los realistas, encontrándose en estado, y confinada en el lúgubre castillo de Santa Rosa en La Asunción. Al general se le propuso entonces que rindiera las armas a cambio de la vida de su esposa y fue cuando el oficial se negó diciendo: “Sin patria, no quiero esposa”. En la cárcel la mujer abortó. Más tarde fue confinada en La Guaira y de allí deportada a Cádiz de donde escapó para reunirse con su esposo. Murió en Caracas en 1866. Luisa Cáceres de Arismendi es, en la historia venezolana, el paradigma del sacrificio de la madre a favor de la independencia.
Protagoniza: NEO RODRÍGUEZ.
Amor de Página Roja: (El amor al hombre y el engaño) Monólogo inspirado en un sonado crimen pasional en 1948, cuando la joven Ligia Parra Jahn mató a su novio que la había abandonado tras embarazarla.
El 6 de agosto de 1948 la sociedad venezolana quedó sacudida por el asesinato de Joseba María Olasagasti. Había sido muerto por los disparos que le propinó Ligia Parra Jahn, una preciosa joven rubia,  hija de una buena familia caraqueña, que era su novia. La mujer, se descubrió en el juicio, estaba embarazada del hombre y aunque él le había prometido casarse con ella y resarcirla, Olasagasti, ayudado por su madre, estaba planeando huir del país y no enfrentar su responsabilidad. Fue en la oficina del sujeto que la joven, luego de enterarse secretamente de los planes de él, lo abaleó, matándolo. Todo un movimiento social se levantó para defender a la mujer que había hecho pagar con sangre el engaño y el deshonor. Fue condenada a siete años de prisión, pero al poco tiempo liberada en atención a los descargos. Su caso se convirtió en un referente latinoamericano para la justicia y la condición de la mujer maltratada.
Protagoniza: AURA RIVAS