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lunes, 25 de julio de 2011

La UAB desarrolla una "lengua electrónica" que identifica variedades de cava

(EFE).- Investigadores de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) han desarrollado una lengua electrónica que identifica diferentes tipos de cava mediante la combinación de sistemas de sensores e instrumentos matemáticos avanzados de procesamiento.

Según ha informado la UAB, el dispositivo permite obtener de manera automatizada una clasificación parecida a la que efectuaría un sumiller y puede ser de utilidad para la detección de defectos durante la elaboración de estos vinos.

Los diferentes tipos de cava varían en la cantidad de azúcar que se añaden con el licor de expedición después de la segunda fermentación, que aporta el gas carbónico.

Por esto es interesante conocer la cantidad de azúcar añadido, ya que esta será la que determinará el tipo de cava producido. La clasificación resultante es: Brut Nature (á3 gramos por litro, sin azúcar añadido), Extra Brut (á6 g/L), Brut (á12 g/L), Extra Seco (12-17 g/L), Seco (17-35 g/L), Semiseco (33-50 g/L) y Dulce (é50 g/L).

Para diseñar la lengua electrónica para identificar cavas, los investigadores del Grupo de Sensores y Biosensores de la UAB, liderados por el profesor Manel del Valle, han llevado a cabo la identificación de diversas muestras de cava en base a medidas de voltamperometría, método electroanalítico usado en química analítica.

Gracias a la combinación de sistemas de medida químicas e instrumentos matemáticos avanzados de procesamiento, los investigadores han conseguido mimetizar el sistema del gusto humano y llevar a cabo una labor distintiva entre las diferentes clases de cava, obteniendo una clasificación parecida a la que realizaría un sumiller.

Además, ha sido posible la cuantificación del azúcar añadido en el proceso de producción del cava, lo que demuestra el potencial de estos instrumentos de procesamiento.

Los investigadores del Grupo de Sensores y Biosensores de la UAB, considerado uno de los grupos de referencia mundial en su ámbito, trabajan en el desarrollo de lenguas electrónicas. Actualmente estudian su perfeccionamiento mediante la incorporación de biosensores.

En la lengua electrónica, una matriz de sensores es utilizada para obtener información química de la muestra, en lo que es el equivalente de los sentidos humanos.

Al igual que en el mecanismo biológico, se requiere un proceso de aprendizaje o entrenamiento de la lengua electrónica para que esta sea capaz de reconocer las propiedades que se quieren identificar, según la UAB.