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martes, 20 de noviembre de 2012

El dinero no da la felicidad en el Reino Unido, según un estudio

Las zonas más ricas del Reino Unido no siempre están habitadas por las personas más felices, según una investigación gubernamental británica, que confirma el dicho de que el dinero no siempre conduce a la felicidad.

El estudio, que arrojó hoy sus primeros resultados, está financiado por el Gobierno británico con una cantidad anual de dos millones de libras (2,5 millones de euros) y pretende averiguar una forma precisa de medir la felicidad y el bienestar.

Los datos demuestran que dos zonas con niveles económicos similares no tienen que coincidir también en niveles de satisfacción o felicidad.

Los británicos más felices se encuentran en el norte de Escocia, según los resultados, y en una pequeña área del centro de Inglaterra, Rutland, que supera en bienestar personal a otras zonas de igual riqueza, como Wokingham, al sureste del país.

David Halpern, de la Oficina del Gabinete Cabinet Office, encargado de presentar hoy los datos, dijo: "Parece que si puedes ver un árbol, eres más feliz. Rutland está cerca de unos lagos, así que creemos que el entorno marca la diferencia".

La crisis, no obstante, ha pasado factura a los ciudadanos británicos y, pese a que el PIB del Reino Unido no ha dejado de crecer paulatinamente desde 2009, la satisfacción y la felicidad han ido a menos.

En este sentido, recoge hoy el periódico "The Guardian" en su página web, los investigadores apuntan a comparar los indicadores de bienestar con los ingresos que tiene cada hogar, que se han visto reducidos a niveles de 2005 y que reflejan mejor la felicidad nacional que el PIB del país.

Con todo, son otros factores los que determinan la satisfacción ciudadana, como señalan los propios participantes en el estudio, entre ellos la salud mental y física, la familia, la autonomía o el tiempo libre.

Un total de 200.000 personas formaron parte de esta investigación, llevada a cabo por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS) y que arrancó en abril de 2011.

EFE