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martes, 20 de noviembre de 2012

Lo bueno, lo malo y lo feo de Forza Horizon

Uno de los anuncios de Microsoft en la E3 2012 fue Forza Horizon, nueva entrega de la sagaForza Motorsport. Este título busca darle nuevos aires a la franquicia. ¿Lo habrá logrado?
Vale aclarar que Forza Horizon no es una entrega canónica de la saga. De hecho, el juego ha quedado en manos de Playground Games, con el asesoramiento, eso sí, de Turn 10 Studios. Pongamos primera…


Lo bueno
Nosotros encarnamos a un joven piloto (que no podremos editar) que ingresará a participar al Festival Horizon, en Colorado (EEUU). Así, empezaremos esta aventura con nuestro humilde Volkswagen Corrado, con la vista puesta en llegar a ser el número uno.

Parece una premisa simplista, pero el desarrollo del juego no lo es, ya que desde el primer momento tendremos un mundo abierto por el que deambular (siempre a bordo de nuestro vehículo), en el que podremos elegir entre decenas de pruebas.
Todo esto debido a que desde el primer momento tendremos a nuestra disposición un mapeado inmenso. Las competencias están marcadas y podremos acceder a ellas libremente, siempre y cuando tengamos el vehículo adecuado.
Y es que en Forza Horizon hay competencias de todo tipo, divididas no solo por categorías, sino también por marcas, antigüedad de los coches y hasta por su nacionalidad. Además, tenemos eventos de exhibición, en los que podremos competir contra avionetas, helicópteros y hasta globos aerostáticos.
También tenemos las carreras callejeras, eventos clandestinos en los que podremos amasar una auténtica fortuna (son las competencias que más créditos otorgan). Y, por si fuera poco, también podemos retar a conductores en plena carretera, con el mismo objetivo: ganar créditos.
Ahora, solo las competencias oficiales nos otorgan puntos de nivel, que nos permitirán subir de categoría (hay siete en total). Cada categoría desbloquea una determinada cantidad de pruebas, con un respectivo rival a vencer.
Una vez ganada la categoría este líder de división nos retará a un ‘mano a mano’ en el que el premio será su vehículo. Estas carreras son muy emocionantes y derrotar al incómodo rival es sumamente gratificante.
En definitiva, Forza Horizon otorga un abanico amplísimo de competencias, bastante diferenciadas como para estar enganchados por varias horas. De hecho, el mero hecho de pasear por las distintas locaciones del mapeado es sumamente entretenido.
Como buen representante de la franquicia, en Forza Horizon tendremos decenas de vehículos a nuestra disposición: varias marcas y cada marca nos ofrece vehículos clásicos como modernos.
Los vehículos tienen un grado de personalización altísimo. No solo podemos cambiarle de color y agregarle etiquetas (podemos crearlas, si queremos), también podemos mejorarlos a nuestro gusto (motor, arelones, neumáticos, etc.). Dudo que encontremos un vehículo idéntico en Forza Horizon.
Como el mapeado es inmenso, desplazarse de un punto a otro puede demorar sus buenos minutos. Para ello, se han incluido varios puntos de reabastecimiento que servirán también para hacer viajes rápidos. Estos traslados cuestan, pero los desarrolladores se la han ingeniado para integrarles pruebas para obtener descuentos. Si completamos todos los retos, el viaje será gratuito.
Dentro del mapa también encontraremos Carteles de Descuento, que nos servirán, valga la redundancia, para obtener descuentos en los talleres. Aparte de este debloqueable, también tenemos nueve coches escondidos en graneros. Auténticas joyas que sacaremos de su reposo para volverlas a la actividad.
Todo buen juego de carreras debe hacer gala de un buen apartado jugable, y Forza Horizonlo tiene. No estamos ante un simulador propiamente dicho, pero tampoco es un arcade irreal. Podría decirse que es un híbrido en el que se respeta el realismo de la conducción, pero se añaden elementos pintorescos para darle atractivo al juego.
Playground Games utiliza el Forza 4 (el motor gráfico de Forza Motorsport 4), que se comporta muy bien pese a tener, a priori, un mundo abierto que reproducir. Casi nunca he visto el incómodo popping y los diseños de coches son simplemente geniales. Acaso la única falencia se ve en el diseño de las ciudades y del público, que lucen algo toscos a comparación de otros elementos.
Solo tengo palabras de elogio para el gran apartado sonoro de Forza Horizon. El sonido de los motores está claramente diferenciado y la ‘orquesta’ que se escucha en las carreras es simplemente sobrecogedora. Los demás efectos, como los derrapes, la interacción entre los neumáticos con los diferentes tipos de terrenos, etc., tienen un detalle altísimo.
Finalmente, cabe destacar la banda sonora del juego, distribuida en tres emisoras radiales con variedad de temas. Además, los disc-jockeys hacen una gran labor, con chistes entre canción y canción, comentarios precisos sobre la actualidad en Horizon y hasta con entrevistas a los competidores.


Lo malo
Como dije líneas arriba, el trabajo visual de Forza Horizon es muy bueno, pero no está exento de falencias. Por ejemplo, el diseño del público es básico, algo que pasa inadvertido en plena carrera, pero será más que evidente en nuestro constante devenir por las pistas del juego.

También encontré varias incongruencias en cuanto a las físicas de ciertos elementos. Así, hay arbustos que se traspasan naturalmente, pero otros que son indestructibles. En la misma tónica, hay vallas de madera que se quiebran ante nuestro paso y otras tan resistentes como el adamantium.
Otro detalle curioso, pero negativo, se da en los duelos contra los líderes de división. En esas competencias ‘mano a mano’ aparecerá un joven cargando las banderillas que nos indicarán el inicio de la carrera. Por pura curiosidad, intenté atropellarlo y el efecto fue como si hubiera impactado contra Superman. Es gracioso, lo sé, pero sumamente irreal.
En las carreras cerradas, en las que se deben dar varias vueltas a un circuito, los letreros que tumbamos reaparecen ‘mágicamente’ en la siguiente vuelta. Lo mismo ocurre con señales de tránsito, vallas o parquímetros.
Y ya que hablo de carreras, me incomodaron las ‘reglas’ en las competencias callejeras. Supuestamente, vale todo, pero tenemos restricciones en la calidad del coche y, peor aún, no se pueden usar atajos: si no pasamos por los respectivos checkpoints, perderemos.
En cuanto a la jugabilidad, tengo algunos reparos sobre la falta de realismo en los daños que recibe el coche (que no tienen mayor efecto en su desempeño) y los accidentes. Estos últimos se ven sumamente falsos, complotando con el supuesto realismo que quiere plasmar el juego.


Lo feo
Mi mayor crítica contra el juego es la opción de comprar casi todo con dinero real. Así, por un determinado precio, podremos comprar símbolos, los que se canjearán por mapas, mejoras y coches.

Esta medida va en contra del natural progreso del jugador, que no necesitará pasar una serie de retos para conseguir créditos. Ahora solo bastará sacar la billetera para desbloquear coches y mapas con la ubicación de los secretos.
Y bueno, también cabe cuestionar algo que ya se sabía antes del lanzamiento del juego: Playground Games y Turn 10 Studios tienen preparados varios paquetes con nuevos coches que llegarán vía DLC. En estas fechas, todo se vende.
Conclusión: Forza Horizon es uno de los mejores juegos de carreras que he probado en el año. La apuesta de Playground Games y Turn 10 Studios era arriesgada (un juego de mundo abierto), pero resultó. De hecho, creo que la saga necesitaba estos cambios (tal vez Gran Turismo debió haber seguido este derrotero). Si tienes una Xbox 360 y buscas un buen título de carreras, Forza Horizon es tu juego.