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martes, 15 de marzo de 2011

Testimonios desde Japón




Tim Lindenschmidt, Takaneza Twon, Provincia de Tocigi


Se ha hecho mucha limpieza aquí, pero algunas carreteras siguen intransitables.

Aunque se ha hablado de los apagones, se han reducido bastante. Supongo que es porque la gente ha estado conservando energía y esto ha hecho innecesario un apagón total.

En las tiendas hay escasez de arroz y papel higiénico. Tampoco hay pan y leche, ya que los están mandando hacia el norte.

Los supermercados están limitando la cantidad de personas que pueden entrar al mismo tiempo.

“No he visto signos de histeria”

Colette Buker, Sendai

Soy un asistente de profesor de idiomas en el instituto Tomiya, a las afueras de Sendai, en una de las partes menos afectadas de la ciudad.

Estoy suficientemente lejos de los daños del tsunami y de Fukushima, por lo que estoy relativamente seguro.

Los únicos problemas que tengo son la falta de electricidad y agua. Tuve la suerte de que el suministro de agua volvió durante el mediodía y pude llenar la bañera. Ahora estoy viviendo con esa agua. Espero que vuelva mañana.

Los edificios aquí han sobrevivido bastante bien. En zonas más rurales, las carreteras están destruidas y los puentes han quedado realmente dañados.

Los bancos no están abiertos, pero las tiendas sí abren unas horas al día. La gente espera ordenadamente en la cola durante cuatro o cinco horas y sólo compra aquello que realmente les hace falta.


“La posibilidad de otro terremoto, esta vez en Tokio, es la principal preocupación”

Peter Majtan, ciudad de Machida

Una persona murió en el supermercado que hay al lado de donde vivo, cuando se derrumbó una rampa.

Tres personas quedaron atrapadas en sus autos bajo la rampa durante dos días. Ahora se encuentran en estado grave en el hospital.

El material nuclear no nos está afectando. Los vientos se mueve hacia el este, por lo que si se escapara algo de radiación en alguna planta lo desplazarían hacia el océano.

La gente está preocupada por la escasez de electricidad y agua, pero por ahora estamos bien. En las tiendas ya no quedan productos básicos y la mayoría de las gasolineras están cerradas.

La gente está intentando volver a trabajar, pero hay grandes demoras en los trenes. La posibilidad de otro terremoto, esta vez en Tokio, es la principal preocupación.

“Al fin logramos contactar con mi madre"

Alex Miyaji, Sano

Acabo de llegar de nuevo a mi casa en Sano, a unos 90 kilómetros al norte de Tokio.

Mis hermanos y yo hemos logrado al fin contactar con nuestra madre Wendy, quien se encuentra en una zona llamada Shichigahama, en la provincia de Miyagi, cerca del epicentro del terremoto.

Otros expatriados británicos, como una pareja de ancianos, están con ella. Aunque queremos sacarla de la zona, es probable que se niegue a dejarlos allí.

Yo estaba en Tokio en el momento del terremoto. Volvía a casa y estaba esperando el autobús cuando vi que éste empezaba a temblar. Todos nos lanzamos en medio de la calle, en el espacio abierto.

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