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viernes, 23 de marzo de 2012

Dos reclusos muertos tras motín en cárcel de Vista Hermosa

Una reyerta arrojó el saldo de dos reos muertos, en el Internado Judicial de Ciudad Bolívar, conocido como cárcel de Vista Hermosa. Las víctimas presentaban heridas de bala y de armas blancas.

Autoridades policiales señalaron que la riña se dio, nuevamente, por el control del penal. Allí quedaron sin vida, Ander Félix Ochoa Vivas, de 28 años de edad, y Johan Ramón Garbán, de 26, quien vivía en la UD-145, de San Félix.

Fuentes no oficiales indicaron que Ochoa Vivas pagaba por el delito de homicidio, mientras que Garbán, apodado Johan Papito, estaba siendo procesado por robo.

Ochoa Vivas estaba en Vista Hermosa desde septiembre de 2011, luego que funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), lo involucraran a él y a otros tres sujetos: el Noño; Hipólito y el Alito, en la muerte de Giovanni Panchalo Benavides, de 25 años, asesinado en la vía al Puente Orinoquia.

A pesar de que Garbán no pagaba por ningún asesinato, sí estuvo involucrado en este tipo de crímenes en reiteradas oportunidades.

En marzo de 2009, Johan Papito, presunto integrante de la banda Los Hijos de Milagros, fue arrestado por Patrulleros de Caroní. En el procedimiento se le incautó a él y a sus acompañantes, además de droga, dos revólveres calibres 357 y 38 milímetros, respectivamente. Su estadía en ese centro de seguridad no duró más de una semana, luego que el Tribunal ordenara su libertad.

Al recluso también lo vinculan con el homicidio de Jonny Rafael Jaramillo, de 20 años de edad, asesinado en 2009.

“Ellos estaban en un Volkswagen Gol, color gris. Y cuando vieron a mi hermano caminando solo en la calle, le soltaron tres tiros, de los cuales le pegaron uno en la cabeza”, dijo en esa oportunidad un hermano del fallecido, quien además acotó que Garbán “mataba por matar”.

La abuela de Garbán reside frente a la sede del Cicpc, en San Félix. Familiares del hombre se reunieron la mañana de ayer en el lugar. Mientras las mujeres lloraban en el interior de la vivienda, un hermano y un tío indicaron que no tenían detalles del suceso.

Comentaron que dejó en la orfandad a una pequeña de 4 años de edad, “y no podemos decir nada más, sí vivía en la UD-145, pero no tenemos nada qué decir”, comentó el tío del asesinado. 

CORREO DEL CARONI