Lo Último

.

.

viernes, 23 de marzo de 2012

ECONOMIA


Los sindicatos lusos mantienen la presión sobre el Gobierno con más protestas

EFE.-La comunista CGTP, el mayor sindicato de Portugal, ha convocado nuevas protestas contra la reforma laboral y las medidas de austeridad en las próximas semanas para mantener la presión sobre el Gobierno tras la huelga general de ayer.

Así lo señaló hoy en declaraciones a Efe su portavoz y miembro de la Comisión Ejecutiva, Armando Farias, quien subrayó que seguirán "en lucha" pese a ser conscientes de que evitar la introducción de la ley que liberaliza el mercado de trabajo será "muy difícil".

La CGTP (Confederación General de Trabajadores Portugueses) que cuenta con más de 600.000 afiliados, fue la única central sindical convocante de la huelga general organizada ayer, cuyo seguimiento fue desigual, según diversas fuentes, mientras el sindicato la consideró un éxito.

La central ha convocado un paro parcial y dos manifestaciones con las que espera dar otro "aviso" al Ejecutivo conservador luso sobre su política económica, dominada por las duras condiciones del rescate financiero de Portugal.

La primera medida es una concentración, que pretende ser multitudinaria, frente al Parlamento el próximo miércoles, cuando la reforma será sometida a votación en una Asamblea dominada por la mayoría absoluta del centro-derecha.

La nueva ley surgió del pacto social suscrito este año por el Ejecutivo, la patronal y el segundo sindicato más importante, la Unión General de Trabajadores (UGT, socialista), que se ha distanciado de la línea dura de la central comunista.

Apenas tres días después, el sábado, la CGTP tiene prevista una "gran manifestación de la juventud", y el 12 de abril un paro de dos horas de la Administración local.

Aunque fuera de la CGTP, tanto en fuentes empresariales como oficiales, se considera que los efectos de la huelga del jueves fueron muy limitados, la central sindical se ha mostrado orgullosa de la movilización conseguida y la ha puesto a la altura de los paros nacionales de noviembre de 2010 y 2011.

Ni los sindicatos ni la patronal ni el Ejecutivo luso han facilitado cifras sobre la adhesión a la protesta de ayer, que afectó principalmente al transporte público y tuvo menor impacto en el sector servicios -especialmente entre los autónomos- que ocupa al 63 por ciento de los trabajadores.

El secretario general de la CGTP, Armenio Carlos, en declaraciones que recoge hoy la prensa lusa insistió en la voluntad sindical de obligar al Gobierno a dar marcha atrás con la reforma laboral como ya ocurrió con la propuesta de aumentar en media hora la jornada de trabajo.

Ese aumento gratuito del horario laboral, que puso en pie de guerra a los sindicatos y levantó una fuerte polémica en el país, fue finalmente retirado en las negociaciones del pacto social suscrito por la UGT, que consideró esa concesión un triunfo.

Ahora, sobre la reforma laboral, Farias anunció: "Vamos a luchar para evitar primero su aprobación en el Parlamento, después para que no sea promulgada, y si no lo conseguimos, pelearemos empresa por empresa para que no se aplique".

La CGTP ha pedido además una reunión urgente con el primer ministro, Pedro Passos Coelho, para manifestarle "que este paquete de medidas empobrece a empleados y familias", agregó.

El sindicato quiere también un incremento del salario mínimo, a partir de enero de 2013, hasta los 515 euros, 30 más que su importe actual.

La reforma laboral a la que se opone la CGTP es una de las metas que fueron acordadas por las autoridades portuguesas con la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional a cambio del rescate financiero de 78.000 millones de euros que obtuvo en mayo.

Las condiciones pactadas para sanear la economía lusa incluyen facilitar la movilidad y la reducción de los costes laborales así como el aumento de la productividad en las empresas.

Entre los aspectos más controvertidos del proyecto, que pretende también frenar un desempleo que ya es del 14 %, está la reducción de las indemnizaciones por despido, fijada entre 8 a 12 días por año trabajado, y la eliminación de varios días festivos y de vacaciones.