La ministra del Deporte venezolano, Alejandra Benítez, dijo hoy que deben tomarse medidas "un poco más severas" en el baloncesto del país, tras las sanciones impuestas al equipo Marinos de Anzoátegui y a varios jugadores por su rol en los incidentes en la serie final de la Liga local.
"Deben tomarse medidas quizás un poco más severas, pero que al final van ayudar en lo correctivo, para que el pueblo pueda disfrutar de un juego de baloncesto, del béisbol, del fútbol, de cualquier evento, para el público en general", expresó Benítez.
Una comisión técnica de la Liga de baloncesto venezolana impuso ayer como sanción al Marinos un partido de local sin público en el arranque de la próxima temporada, y multó a jugadores y miembros de la directiva de ese equipo por agresión verbal a los árbitros.
"Estamos trabajando con la federación de baloncesto con acuerdos para controlar las bebidas en los estadios (...) queremos implementar mecanismos para el ingreso de metales, así como sanciones para los dueños de equipos", apuntó Benítez.
Agregó que "los dueños de los equipos son los responsables por la venta de boletos y seguridad en los estadios".
El último partido de la final de la Liga venezolana disputado el pasado 15 de julio entre los Cocodrilos de Caracas y los Marinos de Anzoátegui debió ser suspendido a falta de tres segundos para el final, pues el público lanzó botellas de vidrio a la cancha y obligó a los jugadores a correr a los vestuarios.
El incidente encendió las alarmas cuando falta poco más de un mes para que Venezuela albergue el Premundial americano de Baloncesto clasificatorio para España 2014.
La Comisión Técnica de la Liga venezolana multó con 7.000 bolívares (1.111,11 dólares) al entrenador Henry Paruta y al base Gregory Vargas de los Marinos por su trato a los árbitros.
Por la misma causa fueron sancionados los integrantes del cuerpo técnico del equipo, el asistente Julio Rausseo y el preparador físico Luis Mejía, quienes deberán cancelar a la Liga 4.000 bolívares cada uno (634,92 dólares).
Los jugadores estadounidenses Carl Elliot, de Cocodrilos, y Leon Rodgers, de Marinos, fueron multados por 25.000 bolívares y 3.500 bolívares respectivamente, por "agresión gestual" a los árbitros en el segundo juego de la serie final.
La Liga venezolana suspendió el séptimo, y último, partido de la serie final del baloncesto y otorgó la victoria a los Cocodrilos, que se coronaron campeones de la temporada 2013.