EFE).- El Papa Benedicto XVI visitó hoy la cárcel de Rebbbia, de
Roma, donde se reunió con los presos en la capilla del centro y
respondió a sus preguntas, al tiempo que subrayó que los reclusos “merecen ser
tratados con respeto y dignidad”.
En un sentido discurso, el papa se dirigió a los reclusos a los que expresó
un mensaje de esperanza: “Querría poder escuchar la historia personal de cada
uno pero no me es posible. He venido para deciros que Dios os ama”.
El pontífice afirmó que “allí donde hay un hambriento, un extranjero, un
enfermo o un preso, allí está Cristo”, recordó cómo el “Hijo de Dios
también vivió la experiencia de estar en la cárcel” e hizo hincapié en
que “los presos son personas humanas que merecen, pese al crimen que hayan
cometido, ser tratados con respeto y dignidad”.
El papa Ratzinger se refirió además a las condiciones de superpoblación que
se registran en algunas prisiones y afirmó que esta situación pueden hacer
“todavía más amarga la detención”.
A este respecto, manifestó que “es importante que las instituciones promuevan
una evaluación de la situación de las cárceles, verifiquen las estructuras, los
medios y el personal con el que cuentan, de modo que los reclusos no deban
cumplir nunca una doble pena”.
Italia vive una situación crítica en este aspecto, ya que hay unos
67.000 detenidos en las cárceles del país que solo disponen de 45.000
plazas.
Tras el mensaje que dirigió a los reclusos, algunos de ellos tomaron la
palabra y explicaron su situación al pontífice, que manifestó estar “conmovido”
por la amistad que le habían demostrado
Benedicto XVI respondió además a las preguntas que le hicieron algunos de los
presos y en respuesta a una de ellas les animó a “seguir adelante” pese a lo que
algunos puedan decir de ellos.
“Debemos soportar que algunos hablen mal y en modo agresivo (contra
los presos), algunos hablan en modo agresivo contra el papa, y pese a
ello seguimos adelante. Me parece importante seguir adelante”, afirmó.
Esta es la segunda vez que el papa Ratzinger visita un centro penitenciario
romano, tras la realizada el 18 de marzo de 2007 al centro de detención de
menores de Casal del Marmo, también en la capital italiana.
Durante su Pontificado, Juan XXIII visitó la cárcel de Regina
Coeli, situada en el centro de la ciudad, mientras que Juan Pablo II
visitó Regina Coeli y Rebibbia.
En el 2000, durante el jubileo en las prisiones, Juan Pablo II desde la
cárcel de Regina Coeli pidió a las autoridades de todo el mundo “un acto de
clemencia” para los detenidos.
El papa Wojtyla visitó la cárcel de Rebbibia en 1983 para reunirse con Ali
Agca, después de que éste le hubiera disparado en la Plaza de San Pedro del
Vaticano el 13 de mayo de 1981