Carlos Alberto Montaner, se refirió este domingo a la enfermedad del
presidente Hugo Chávez, los supuestos nexos de Venezuela con Irán,
Hezbolá y la posible crisis que se podría desatar en Latinoaérica en el
2012.
A su juicio, ni la grave enfermedad ha logrado modificar el comportamiento de
Hugo Chávez. Esta vez no es una metáfora: “genio y figura, hasta la
sepultura”.
Montaner comentó sobre la posible crisis que se podría presentar en
Latinoamérica por los “peligrosos lazos entre Hugo Chávez con Irán
tanto en el terreno de la fabricación de armas nucleares como en la
colaboración con los grupos terroristas islámicos”.
Expresó que de llegar a morir el Primer Mandatario Nacional, habría un
conflicto con “Washington, Israel, los intereses de su propio
pueblo y una innecesaria conmoción en toda América Latina”.
“Chávez, irresponsablemente, ha puesto su cancillería, sus cuerpos de
inteligencia y un segmento del estamento militar –donde no faltan
narcogenerales– al servicio de Teherán y de los terroristas de Hizbolá”, acusó.
Aseguró, que “el senador demócrata norteamericano Bob Menéndez y la
congresista republicana Ileana Ros-Lehtinen –ambos figuras fundamentales en la
supervisión de la política exterior de Washington ya han pedido una
investigación a fondo de las actividades belicistas del venezolano como paso
previo a la formulación de medidas que consigan conjurar ese grave riesgo. Con
la seguridad norteamericana no se juega. Especialmente en año electoral”.
Por otro lado, aseveró que Chávez y Fidel “están dispuestos a triunfar donde
Moscú fracasó y traicionó a los revolucionarios del mundo entero. No hay nada
nuevo en la alianza entre Chávez y la teocracia persa. En el 2002, Fidel
Castro, de visita oficial en Teherán, advirtió, fiera y públicamente,
que Cuba e Irán pondrían de rodillas a Estados Unidos”.
“Chávez no ha hecho otra cosa que retomar esos planes y abrazarse a
cualquier dictador (Gadafi, Mugabe, Lukashenko, Assad, Ahmadineyad, da
igual), como recomendaba el KGB cuando planeaba conquistar el planeta sin el
menor vestigio de principios o de coherencia ideológica, siempre que el sátrapa
coincidiera en el odio a Occidente, especialmente a Estados Unidos, y condenara
la libertad económica”, sostuvo.
Por: Carlos Alberto Montaner
Con información de El
Nuevo Herald