Los cancilleres de la OEA que participan en la 43 asamblea general del organismo alcanzaron este jueves consenso respecto al mecanismo para dar seguimiento al diálogo sobre el tema de las drogas y las nuevas formas para combatirlas, que abre la posibilidad de aprobar por unanimidad la Declaración de Antigua.
El mecanismo de seguimiento era el mayor escollo que impedía a los 26 cancilleres, tres vicecancilleres y cinco embajadores que participan en la asamblea general aprobar mañana, por unanimidad, la declaración.
En esta Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) se busca avanzar en el debate sobre una política integral para hacer frente al problema mundial de las drogas en América, sin la expectativa de que se tome una resolución al respecto.
El ministro guatemalteco de Exteriores y presidente de la 43 Asamblea General, Fernando Carrera, dijo en una rueda de prensa la noche de este miércoles que "por aceptación unánime" los cancilleres de la OEA acordaron realizar una asamblea general extraordinaria el próximo año, en una fecha aún por definir.
En dicha asamblea "se definirán los lineamientos para el inicio de la discusión de la estrategia continental sobre las drogas" para el período 2016-2020, explicó Carrera.
Además en la asamblea extraordinaria de 2014 se esperaría la convocatoria para una Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del Continente para aprobar el nuevo enfoque para enfrentar el problema de las drogas, añadió el ministro guatemalteco de Exteriores.
Aclaró que las propuestas de despenalización mencionadas por algunos países como estrategia no fueron abordadas durante la reunión privada de los cancilleres para destrabar la Declaración de Antigua, y descartó que el diálogo vaya a girar en torno a estas.
El principal logro de la 43 asamblea de la OEA es que "se alcanzó un acuerdo para profundizar en el debate de una política continental del problema de las drogas, lo cual hace un año era un tabú", aseguró el canciller guatemalteco.
Precisamente el asunto de la despenalización dejó en evidencia las discrepancias sobre las nuevas formas de abordar el problema de las drogas, durante las sesiones plenarias de la 43 asamblea general.
"A los que hablan de legalización (de las drogas) les diré que los desafíos van mucho más allá de un ingrediente", dijo el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, en su intervención.
El secretario de Estado reconoció ante el pleno de la reunión la "responsabilidad compartida" de Estados Unidos, el mayor consumidor de cocaína del mundo, en la lucha contra las drogas.
Nicaragua aseveró que "no hay justificación para despenalizar ni legalizar las drogas", lo que, añadió su representante ante la OEA, Denis Moncada, significaría una "ignominia para los pueblos" del hemisferio.
La representante de México, Vanessa Rubio, habló de dar prioridad al enfoque de salud pública en la lucha antidrogas que, entre otras cosas, pueda "garantizar el tratamiento y la recuperación" de los adictos e incluya "no criminalizar el consumo en algunos casos".
Bolivia dijo que el modelo actual de lucha antinarcóticos fracasó, entre otras razones, porque "culpó del problema de las drogas principalmente a los productores de hoja de coca".
Las nuevas formas de lucha contra las drogas deben "responder a las necesidades particulares de cada país, haciendo énfasis en las políticas sociales", añadió el canciller boliviano, David Choquehuanca.
Por su parte, Guatemala, promotor de la iniciativa de estudiar nuevas formas para hacer frente a la problemática de las drogas, sostuvo que "un cambio de enfoque es necesario" después de cinco décadas de un guerra frontal que solo ha dejado miles de muertos y potentes redes criminales, según explicó su representante, José Vielmann.
Las nuevas estrategias deben dar "resultados diferentes y más exitosos", afirmó Vielmann, que expresó el apoyo de Guatemala a la celebración en 2014 de una sesión extraordinaria de la OEA para que los países miembros del organismo puedan profundizar en el tema y llegar a "acciones concertadas".
Además del debate sobre las drogas, la Asamblea General aprobó este miércoles la Convención Interamericana contra el racismo, la discriminación racial y formas conexas de intolerancia, y la Convención Interamericana contra toda forma de discriminación e intolerancia, con las reservas de Guatemala y Chile.
Carrera dijo que con la "adopción" de los dos instrumentos la OEA reconoce el "goce y ejercicio en condición de igualdad de todos los derechos humanos" y tienen en cuenta "a las víctimas de discriminación e intolerancia en las Américas".
Ambas convenciones son consideradas por algunas organizaciones civiles como mecanismos para supuestamente avanzar en la legalización del matrimonio de personas del mismo sexo y del aborto, lo que generó algunas manifestaciones pacíficas de rechazo y discursos acalorados en el marco de la asamblea anual del organismo hemisférico.
EFE