Ninguna de las salsas de tomate comercializadas en el mercado mexicano tiene el 12 por ciento de tomate mínimo requerido para ser consideradas como tal, reveló un estudio de la gubernamental Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), informó hoy el organismo.
En su primera edición de 2011, la Revista del Consumidor de la Profeco presenta un estudio de calidad sobre salsas de tomate (denominadas en México salsas cátsup, por su anglicismo ketchup) cuyos resultados revelan "que ninguno de los productos analizados contiene el 12 requerido" para ostentar ese nombre mínimo de tomate requerido" para ostentar ese nombre, señaló la dependencia en un comunicado.
El Laboratorio Nacional de Protección al Consumidor de la Profeco realizó 1.290 pruebas a doce marcas de salsa de tomate y a nueve de "salsa tipo cátsup", en las que se evaluó el contenido de sólidos de tomate, sal, azúcares (glucosa, fructuosa y sacarosa), colorantes, conservadores, almidón, espesantes, la información al consumidor y el costo por cada cien gramos.
De acuerdo con las normas mexicanas, para ostentar el nombre de salsa de tomate un producto debe tener por lo menos 12 por ciento de tomate, además de vinagre, azúcar y sal.
"Ninguno de los productos analizados cumple con el primer requisito", precisó la Profeco.
La institución destacó, por ejemplo, que reconocidas marcas como Hunt's y Del Monte apenas tienen 3,8 por ciento y 3,5 por ciento de tomate, respectivamente.
La salsa de tomate que más se parece en México a una salsa de tomate real, sin llegar a serlo, es la "Heinz con salsa tabasco", con un 11,1 por ciento de contenido, y la marca Santiveri, con 10,4 por ciento.
"La cátsup es, sin duda, el aderezo favorito de los niños, y muchos adultos aún la disfrutan con todo tipo de comida", señala el artículo de la Revista del Consumidor.
La Norma Mexicana (NOM) "sirve como estándar de lo que debería ser siempre una salsa cátsup auténtica de buena calidad", especificaciones que "deberían ser respetadas por todos los fabricantes", subrayó la dependencia.
"Lamentablemente las marcas no hacen caso de esta norma", reconoció.
En los últimos años en el mercado mexicano han aparecido las denominadas salsas "tipo cátsup", que en general tienen menos tomate y muchas de ellas añaden almidones u otros espesantes no calóricos como las celulosas, maltodextrinas y gomas.
La investigación de la Profeco demuestra que en la práctica tanto las salsas de tomate tradicionales como las "tipo cátsup" son muy similares en cuanto a su contenido de tomate.
Adicionalmente, todas las marcas "tienen demasiada azúcar", según la Profeco, en un país con la mayor tasa de obesidad infantil del mundo y la segunda de adultos, después de EE.UU., en el que además las personas suelen acompañar todos sus alimentos de una rica variedad de salsas.
Destacan los casos de marcas como La Morena con 33,4 por ciento de azúcar, Soriana y Golden Hills, ambas con 24,6 por ciento, y Hunt's y Del Monte, las dos con 22,5 por ciento.
En cambio, contrario a lo que se creía, el estudio muestra que las salsas de tomate "tienen una cantidad de sal aceptable", aseveró el organismo de protección al consumidor.
Para rematar, varias marcas presentaron productos con menor contenido al declarado en los envases.
La Profeco no especificó en su nota si va a tomar alguna medida contra las empresas que incumplen los requisitos exigidos para que los productos que comercializan como salsa de tomate puedan ser considerados como tal.
En su primera edición de 2011, la Revista del Consumidor de la Profeco presenta un estudio de calidad sobre salsas de tomate (denominadas en México salsas cátsup, por su anglicismo ketchup) cuyos resultados revelan "que ninguno de los productos analizados contiene el 12 requerido" para ostentar ese nombre mínimo de tomate requerido" para ostentar ese nombre, señaló la dependencia en un comunicado.
El Laboratorio Nacional de Protección al Consumidor de la Profeco realizó 1.290 pruebas a doce marcas de salsa de tomate y a nueve de "salsa tipo cátsup", en las que se evaluó el contenido de sólidos de tomate, sal, azúcares (glucosa, fructuosa y sacarosa), colorantes, conservadores, almidón, espesantes, la información al consumidor y el costo por cada cien gramos.
De acuerdo con las normas mexicanas, para ostentar el nombre de salsa de tomate un producto debe tener por lo menos 12 por ciento de tomate, además de vinagre, azúcar y sal.
"Ninguno de los productos analizados cumple con el primer requisito", precisó la Profeco.
La institución destacó, por ejemplo, que reconocidas marcas como Hunt's y Del Monte apenas tienen 3,8 por ciento y 3,5 por ciento de tomate, respectivamente.
La salsa de tomate que más se parece en México a una salsa de tomate real, sin llegar a serlo, es la "Heinz con salsa tabasco", con un 11,1 por ciento de contenido, y la marca Santiveri, con 10,4 por ciento.
"La cátsup es, sin duda, el aderezo favorito de los niños, y muchos adultos aún la disfrutan con todo tipo de comida", señala el artículo de la Revista del Consumidor.
La Norma Mexicana (NOM) "sirve como estándar de lo que debería ser siempre una salsa cátsup auténtica de buena calidad", especificaciones que "deberían ser respetadas por todos los fabricantes", subrayó la dependencia.
"Lamentablemente las marcas no hacen caso de esta norma", reconoció.
En los últimos años en el mercado mexicano han aparecido las denominadas salsas "tipo cátsup", que en general tienen menos tomate y muchas de ellas añaden almidones u otros espesantes no calóricos como las celulosas, maltodextrinas y gomas.
La investigación de la Profeco demuestra que en la práctica tanto las salsas de tomate tradicionales como las "tipo cátsup" son muy similares en cuanto a su contenido de tomate.
Adicionalmente, todas las marcas "tienen demasiada azúcar", según la Profeco, en un país con la mayor tasa de obesidad infantil del mundo y la segunda de adultos, después de EE.UU., en el que además las personas suelen acompañar todos sus alimentos de una rica variedad de salsas.
Destacan los casos de marcas como La Morena con 33,4 por ciento de azúcar, Soriana y Golden Hills, ambas con 24,6 por ciento, y Hunt's y Del Monte, las dos con 22,5 por ciento.
En cambio, contrario a lo que se creía, el estudio muestra que las salsas de tomate "tienen una cantidad de sal aceptable", aseveró el organismo de protección al consumidor.
Para rematar, varias marcas presentaron productos con menor contenido al declarado en los envases.
La Profeco no especificó en su nota si va a tomar alguna medida contra las empresas que incumplen los requisitos exigidos para que los productos que comercializan como salsa de tomate puedan ser considerados como tal.
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