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miércoles, 6 de julio de 2011

Chávez domina charlas de exiliados en bares de Miami

(Reuters) - La lucha que el presidente Hugo Chávez libra contra el cáncer ha alborotado a quienes se han exiliado de Venezuela y son profundamente críticos del mandatario, pero pocos creen que anuncie el fin de su Gobierno luego de 12 años en el poder.

Decenas de miles de venezolanos escaparon del país productor de petróleo en la última década para huir de una serie de problemas, entre los que enumeran el aumento de los delitos, las reducidas oportunidades económicas y la persecución política.

Muchos se instalaron en el sur del estadounidense estado de la Florida y se sumaron a la comunidad de exiliados cubanos virulentamente anti-comunista, convirtiendo a la zona en un bastión opositor a Chávez.

El anuncio del mandatario venezolano la semana pasada de que había sido operado de un tumor canceroso en Cuba desató rumores y especulaciones dentro de la comunidad de exiliados.

Aunque muchos se oponen enérgicamente a Chávez, cuyas políticas socialistas han polarizado a la nación sudamericana, hubo pocas señales de regodeo por su enfermedad.

Junto a las críticas que lanzan a su Gobierno por ocultar los detalles de su condición, muchos dicen que esperan que finalmente sea derrotado en las elecciones presidenciales del próximo año.

Chávez, de 56 años, quien volvió sorpresivamente a Venezuela el lunes desde Cuba, admitió que deberá seguir un “estricto” tratamiento médico.

Eso podría provocar un cambio drástico en su dinámico estilo de Gobierno en un momento en que sus enemigos buscan capitalizar los problemas económicos y sociales de cara a los comicios.

Aun así, algunos de los que se exiliaron creen que es demasiado pronto para decir cómo se modificará el escenario político venezolano.

“Chávez no se vence tan fácil”, dijo Sara Pérez, de 44 años, quien trabaja en una compañía de turismo. “Es el tipo de líder que puede beneficiarse de una enfermedad y sacar una ventaja política”, agregó.

La mujer habló en “El Arepazo”, un restaurante en el suburbio Doral de Miami, al que se conoce como “Doralzuela” debido a la cantidad de venezolanos que viven allí.