Lo Último

.

.

lunes, 11 de junio de 2012

El FMI critica que se permitiera a cajas débiles fusionarse entre sí


El informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre el sector financiero incluye algunas críticas al Banco de España, aunque también atenuantes. La principal queja es que se haya dejado seguir operando a entidades débiles en detrimento de la estabilidad financiera como consecuencia de un enfoque gradual de las medidas correctivas. Y no solo eso, sino como resalta el informe, "en algunos casos, entidades débiles se fusionaron entre sí, formando entidades débiles de mayor tamaño". Es lo que ocurrió, por ejemplo, con la fusión liderada por Caja Madrid y Bancaja, que dio lugar a Bankia.
El FMI cree que se subestimaron la profundidad y duración de la crisis y, en consecuencia, las pérdidas latentes de la banca, en especial en el sector promotor. El informe señala que las debilidades fueron identificadas pronto por el supervisor, pero que su acción fue lenta y gradual. "Los retrasos en la toma de medidas correctoras supusieron que las vulnerabilidades no se corrigieron o que se las permitió crecer".
Es muy significativo que el Fondo se remita en sus explicaciones al respecto a un reciente discurso del propio gobernador del Banco de España, Miguel Fernández Ordóñez, en unas jornadas organizadas por Deloitte, en que precisamente se quejaba de las trabas jurídicas y de las interferencias políticas y de otra índole que dificultaron su actuación y dieron lugar a fusiones que no eran las óptimas.Pero la culpa no es toda del Banco de España: "El progreso se frenó por las trabas institucionales y las complejidades de los mecanismos de gobierno de las cajas de ahorros", dice el FMI. Además, añade, también se pudo ralentizar la respuesta por las concesiones a los diferentes grupos de interés que participaron en las fusiones de las cajas, en referencia velada a las interferencias políticas, principalmente.
Ordóñez citaba a sindicatos, gestores y comunidades autónomas entre esos grupos de intereses, en un discurso en que recordaba que no había podido contar con un banco malo para reestructurar el sector y resolver de un plumazo los problemas "con la chequera de los contribuyentes". Ahora, es la chequera europea la que va a permitir el saneamiento rápido, pero asumiendo el Estado (es decir, los contribuyentes) esa deuda pública adicional de hasta 100.000 millones de euros.
Y aunque el ministro de Economía, Luis de Guindos, insistió este sábadoen que las entidades habrán de devolver "absolutamente" el capital que se les facilite, el nuevo presidente de Bankia ya dejó claro hace algunas semanas que eso no es así, que lo que tratarán los bancos es de crear valor para que se recupere el máximo posible. Lo previsible es que las pérdidas derivadas del saneamiento acaben siendo cuantiosas.
Lo que reclama más insistentemente el FMI, en la misma línea que ha defendido Ordóñez hasta su misma despedida de la institución, es que se refuerce la independencia y autonomía del Banco de España, especialmente en lo relativo a su poder regulador y sancionador, de forma que tenga un margen de maniobra mayor del que ha gozado en esta crisis, en especial para tomar medidas correctivas antes de que sea demasiado tarde. Pero eso, más que una crítica al Banco de España, lo es al legislador y al Gobierno.
Lo que sí deja claro el FMI es que el Banco de España cuenta con "un personal sumamente experimentado y respetado, respaldado por buenos sistemas de información". Aunque el Gobierno haya contratado expertos independientes para que midan el agujero del sector financiero.
ELPAIS