Lo Último

.

.

domingo, 5 de agosto de 2012

Si hubiese un premio a la red social más rápida, Twitter tendría medalla de oro


Si existiera una modalidad olímpica destinada a la red virtual más veloz, más potente y más utilizada, sin duda la medalla dorada se la llevaría Twitter. En unos juegos tan mediáticos como los de Londres, la popularidad de la plataforma ha aumentado tanto que ha provocado incluso colapsos.
Eso es lo que sucedió, al parecer, en la prueba de ciclismo en ruta que se disputó el pasado sábado en las calles de la capital británica. Por primera vez, todos los corredores salieron a pelear por el oro con un GPS que iba mandando la posición exacta del grupo cada poco tiempo. Sin embargo, el dispositivo falló rápidamente y periodistas de todo el mundo se quedaron sin esa importante información.
La causa fue la efusividad con la que los aficionados al ciclismo estaban tuiteando, algo que provocó una sobrecarga en la red móvil y, por consiguiente, fallos en las conexiones del satélite. Desde la organización pidieron a los aficionados que se “tomaran con más calma los acontecimientos deportivos”, por lo menos en lo relacionado a la tecnología.
En un mundo como el actual, prohibir la comunicación entre usuarios de redes sociales es casi una utopía. Y más sabiendo que solo la ceremonia inaugural generó un tráfico de 9 millones de mensajes en Twitter. En un solo día, con esta cifra, se superaron los tuits enviados durante todo el período de Pekín 2008.
La triple saltadora griega Paraskevi Papachristou no llegó ni a competir por un comentario racistaque dio la vuelta al mundo: “Con tantos africanos en Grecia, los mosquitos del oeste del Nilo comen por lo menos comida casera”, escribió la atleta, que desde entonces no ha vuelto a publicar nada en la red.Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. El uso de esta plataforma ya ha generado controversia entre atletas, comités y espectadores. De hecho, más de un atleta ha abandonado la competición por no mantener la boca cerrada, o su cuenta de Twitter bien gestionada.
El futbolista suizo Michel Morganella tuvo, al igual que la griega, que hacer las maletas antes de lo previsto y abandonar los Juegos por mala conducta. “¡Voy a dar una paliza a todos los coreanos del sur! Menudos retrasados mentales”, escribió después de perder el partido que jugó contra el combinado asiático.
Ya lo avisó Sebastian Coe, presidente del Comité Organizador de los Juegos: “Twitter puede mermar las opciones de medalla”.
Pero ni aun así. A los deportistas les gusta utilizar esta herramienta, y el pasado miércoles se reabrió la polémica en torno al uso que los atletas deben hacer de la plataforma.
La estadounidense Dawn Harper subió a su cuenta personal de Twitter una fotografía en la que aparece con un papel tapándole la boca y que reza ‘Rule 40’, referencia a la norma que prohíbe a los deportistas hacer comentarios sobre su alimentación, subir videos a YouTube tomados dentro de la villa, o asumir un rol promocional, una serie de restricciones que limitan la libertad de expresión de los atletas.
Bajo estas prohibiciones subyacen motivos de seguridad, para evitar lo que le sucedió al ídolo del salto de trampolín británico Tom Daley, a quien un futbolista galés envió un mensaje homófobo y que fue también increpado previamente por un joven a que no le sentó nada bien que perdiera la medalla a la que aspiraba.
No obstante, también hay motivos económicos en juego. Suculentos contratos exclusivos es algo a lo que aspiran deportistas menos conocidos, que podrían ganar un dinero extra si permitieran el posicionamiento de productos en las redes sociales y, por tanto, se derogara la polémica norma.
Con información de Bangshow