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miércoles, 2 de febrero de 2011

Las frutas: Fundamentales en la alimentación infantil de verano

Uno de los efectos del calor en el niño es la sudoración, hace que su cuerpo pierda agua, además de otros nutrientes, por ello lo ideal es una dieta ligera y baja en calorías, pero que contenga todos los elementos que su organismo necesita.
Si la fruta es esencial en la dieta de un bebé, su consumo en verano es aún más importante.
• Cereza: a partir de los seis meses no hay contraindicación de dársela al bebé. Rica en vitaminas A, B y C y flavonoides, que combaten los radicales libres. Tienen un contenido en agua del 86,2%.
• Frambuesa: la pueden consumir a partir de los 12 ó 18 meses. Contienen fibra y gran cantidad de sales minerales. Son un 84,6 % de agua y tiene ácido salicílico, por lo que ayuda a combatir los estados febriles.
• Albaricoque: contiene importantes cantidades de provitamina A (beta-caroteno), transformándose en vitamina A conforme el organismo lo necesita. Contenido en agua de un 86%. Se recomienda su consumo a partir de los doce meses.
• Fresa: tiene más vitamina C que las naranjas y ácido elágico, eficaz antibacteriano y antivírico. Un 90,5% de agua. Forma parte de las “frutas rojas”, que liberan histamina, responsable de reacciones alérgicas, por lo que su consumo es recomendable a partir de los 12 ó 18 meses.
• Melocotón: tiene un 90,7% de agua y favorece la digestión. Recomendable a partir de los doce meses.
• Melón y sandía: el primero es rico en potasio. Son hasta un 95% de agua, aportan minerales y sobre todo son muy refrescantes.

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