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martes, 29 de octubre de 2013

Joven nicaragüense violada en Venezuela exige justicia por su caso

Joven nicaragüense violada en Venezuela exige justicia por su caso
Una joven nicaragüense que denuncia fue violada en la Escuela Latinoamericana de Medicina en Venezuela, demandó este martes al Estado de Nicaragua que pida cuentas al Gobierno venezolano para que se investigue y esclarezca su caso.

Militza Matute Martínez, una joven de 22 años que permanecía postrada en cama con daños cerebrales, de locomoción y emocionales, pidió al procurador general de Nicaragua, Hernán Estrada, exija a Venezuela indagar la denuncia de abuso sexual. 

"Dos años y medio vamos a tener en esta lucha y ya es tiempo de que el procurador Estrada nos reciba", dijo a periodistas en las afueras de la sede de la Procuraduría, la mamá de la víctima, Ana María Martínez. 

Matute Martínez viajó a Venezuela en mayo de 2010 a estudiar medicina, pero regresó un año después, sin hablar ni moverse. 

Según una demanda que presentó ante el Ministerio Público, la joven fue golpeada y violada sexualmente en la Escuela Latinoamericana de Medicina, en Venezuela. 

El Gobierno nicaragüense, que en un principio cubrió los gastos de atención médica que recibió la joven, no se ha referido en público a la situación. 

El procurador Estrada tampoco las atendió y en su lugar delegó a su asesora, Alejandra Granados, quien dijo a Matute Martínez que habían realizado los trámites frente al gobierno venezolano, pero que no podría dar mayores detalles. 

El objetivo de la joven y sus familiares es que el gobierno de Nicaragua pida cuentas a Venezuela, ya que el país sudamericano no ha asumido los hechos ni las responsabilidades. 

La madre de la joven sostuvo que tienen la identidad del presunto agresor y pruebas de hechos similares en su contra. 

En su primera visita a una institución pública para exigir justicia, Matute Martínez fue acompañada por organismos feministas, que hicieron un plantón frente a la sede de la Procuraduría. 

Militza, originaria del municipio de Bluefields, Región Autónoma Atlántico Sur, llevaba una vida normal en Nicaragua y posteriormente en Venezuela, según sus familiares, hasta antes del suceso. 

Según sus familiares, los médicos especialistas que la han tratado, tanto en Nicaragua, Cuba y Estados Unidos, no se ponen de acuerdo en su padecimiento aunque sospechan que se trata de encefalopatía mioclónica epiléptica y progresiva, que provoca deterioro psicomotor e intelectual en las personas.
efe